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Con la consigna de “salario básico universal ya”, el Movimiento de Trabajadores Excluidos (MTE) que lidera Juan Grabois realizó una movilización nacional, que tuvo epicentro en el Puente Pueyrredón.
Según los convocantes, se realizaron acciones en otros 50 puntos del país. La jornada se produjo luego de una serie de apariciones fugaces de Grabois y otros dirigentes de la UTEP en marchas de la Unidad Piquetera, y de una conferencia de prensa del Triunvirato San Cayetano con la UP en el local del Partido Obrero. La medida fue acompañada por el Polo Obrero que concentró en el Obelisco, en un “gesto de unidad”, sin realizar corte de calle.
El eje de la movilización de Grabois es el tratamiento del proyecto presentado en diputados por Itaí Hagman sobre el mal llamado Salario Básico Universal (SBU). Lejos de ser una acción contra el gobierno, se trató de una medida consensuada con un sector importante de la coalición gobernante, fundamentalmente Cristina Kirchner.
Durante la jornada, Grabois dejó en claro que el reclamo es contra Alberto Fernández, ya que “Cristina no gobierna”(sic). El Salario Básico Universal, según el propio Grabois, no es incompatible con los términos del acuerdo con el FMI.
En el acto realizado en el Puente Pueyrredón, Grabois aseguró que “si no hay [plata] para que no haya pobreza, por lo menos que no haya indigentes” y le planteó a Alberto Fernández que “si no te gusta el salario universal, inventá otra cosa”. Es exactamente lo que está haciendo Cristina Fernández por estos días con el proyecto de Ingreso Complementario, a través de la senadora Juiana Di Tullio. Este proyecto, aún no escrito, será aún más restringido que el presentado por Hagman en Diputados. Se limitaría sólo a aquellos que se encuentren por debajo de la línea de indigencia, es decir, lo que reclamó Grabois en el acto. Cubriría a familias de cuatro miembros que reciba ingresos menores a los $44.000. Esto abarca unas 3,8 millones de personas, contra los 17 millones que se encuentran bajo la línea de pobreza.
Grabois juega con las cartas marcadas. Sale a la calle con un reclamo que el propio gobierno maquina aprobar en el Congreso, de la mano de CFK. Mientras Grabois juega con la posibilidad “latente” de irse del Frente de Todos si el gobierno no avanza con el proyecto, durante las últimas semanas se paseó por distintas provincias con el ministro del interior "Wado" De Pedro. Los medios que cubrieron la movilización preguntaron a Grabois por su apoyo a la candidatura de “Wado”.
El eje de la política de Grabois es la llamada "economía popular", Grabois sostiene, con razón, que gran parte de los desocupados que reciben un plan social no se encuentran realmente sin trabajo, sino que se encuentran trabajando de manera precaria ('economía popular', en palabras de Grabois). Su objetivo es institucionalizar esa precarización laboral, creando obras sociales o sindicatos de los trabajadores precarizados. El Salario Básico Universal es una pieza clave de esa orientación, ya que mantendría en un piso de miseria a los ingresos de los sectores desocupados y precarizados. El cambio de nombre a Ingreso Complementario es, en este sentido, pertinente, porque no es más que una muleta de una "economía popular" que se derrumba al compás de la inflación y de la crisis capitalista.
Los elevados niveles de desocupación permanente y el crecimiento de la precarización laboral expresan el agotamiento del sistema. Los proyectos "complementarios" del Estado para esos sectores explotados de la clase obrera son un reconocimiento de este fracaso. Pero la bancarrota actual del Estado ha entrado en colisión con esta política. En la cuestión de la "economía popular" se concentran todas las contradicciones del capitalismo.
El proyecto de Grabois, al igual que el de CFK, plantean el “fin de la intermediación”, es decir, barrer con las organizaciones sociales. El objetivo último es la eliminación de los planes sociales, gran parte de los cuales fueron conquistados por movimientos de lucha independientes. El proyecto Grabois apunta a que aquellos que reciben un plan social puedan “migrar” a una cooperativa, con el ingreso complementario correspondiente. En ese sentido, sigue sin matices la línea marcada por CFK en su discurso contra la “tercerización”, es decir, contra las organizaciones sociales.
Esto revela que para el gobierno las organizaciones sociales piqueteras representan un problema de primer orden. Eso explica las ofensivas judiciales y mediáticas contra ellas. Por eso, la claridad sobre la política que Grabois y las organizaciones vaticanas desarrollan en el movimiento piquetero es un aspecto definitorio de la situación política.
Los miembros de la Unidad Piquetera participaron la semana pasada de una reunión con el Triunvirato San Cayetano en el local central del Partido Obrero. Esta reunión, propuesta por la Unidad Piquetera, había sido anunciada en todos los medios con el fin de realizar una convocatoria de lucha común de ambos sectores hacia los tribunales contra las persecuciones judiciales de las últimas semanas. Sin embargo, al finalizar no dio como resultado ninguna medida.
Las organizaciones anunciaron un cuarto intermedio de una semana para seguir debatiendo. Una dilación que lesiona el objetivo de una respuesta inmediata. Ninguna de las partes clarificó cuáles fueron los debates desarrollados en la reunión. Tampoco se clarificaron los puntos de desacuerdo. En conferencia de prensa, ambos sectores se limitaron a saludar los pasos dados hacia la unidad. Días después, el MTE y el Polo Obrero oficial saldrían a la calle sin sus propios aliados de la unidad.
La movilización del MTE no ha sido acompañada por el resto de sus aliados dentro de la UTEP, como la CCC, Movimiento Evita y Barrios de Pie-Somos, aunque sus dirigentes se comprometieron a hacer alguna aparición en la marcha, lo que ya se volvió todo un modus operandi de estos agentes del Estado. Sí estuvieron presentes otros sectores oficialistas, como la CTA Autónoma, el Frente Popular Darío Santillán y La Poderosa.
Algo similar ocurrió con el Polo Obrero oficial, que no contó con la participación de las otras organizaciones de la Unidad Piquetera ni la de su propio Frente de Lucha. En el acompañamiento del Polo oficial a Grabois, Belliboni declaró que “saludamos esta acción aunque no coincidimos con todo el programa, no coincidimos con el Salario Básico Universal”. El “programa” levantado por el Polo oficial era de un bono de $20.000. En un comunicado de prensa del Polo Obrero oficial, aseguraron que “aún sin acordar con la propuesta del Salario Social que reclaman los compañeros del MTE creemos que es un avance que se sigan sumando más compañeros a la lucha contra el ajuste del gobierno”. Otros sectores, como el MST, salieron a desmarcarse de la movilización de hoy y del reclamo de Grabois. La cuña de Grabois, como agente del Estado, en el movimiento piquetero amenaza la unidad de la Unidad Piquetera.
La asamblea abierta de trabajadores convocada por el Polo Obrero Tendencia debatió el cuadro de situación del movimiento piquetero y las acciones llevadas adelante por las organizaciones oficialistas. Planteamos que una acción independiente de los trabajadores necesita de una huelga general. En contraste con las políticas de conciliación con los agentes del Estado, nos trazamos la perspectiva de salir a las calles y realizar una gran agitación política en el movimiento obrero por un congreso obrero y una huelga general.