La lucha contra el hambre empieza por casa

Escribe Matías Cisneros

La paritaria en el subte.

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La pérdida acumulada entre los meses marzo-junio de esta paritaria es de $33.000 para un conductor y $10.200 para un peón. Con los tarifazos anunciados para comienzos de agosto, y el pronóstico de inflación para julio más cerca del 10% que del 5%, la reapertura salarial se vuelve una necesidad.

La línea de pobreza ha llegado a $104.489,00. Colocando a $12.434,00 por debajo del básico del peón de limpieza. Por su parte, la canasta familiar $222.671,20. Quedando por encima del básico del conductor en $27.139,20. En la página del Banco Central, el promedio de los mejores 10 pronosticadores es 74% de inflación esperada. Julio se perfila como el inicio de un camino de hiperinflación.

La nueva situación requiere un balance. Pues los últimos acuerdos salariales han sido regidos por acuerdos mínimos, suficientes para que no se tenga que recurrir a medidas de fuerza. La paz social fue más importante que la recomposición salarial. Es por ello, que el básico de un peón se acerca a la línea de pobreza.

La defensa del gobierno por parte del sindicato del subte se convierte en un obstáculo para nuestras reivindicaciones. El afán del gobierno en defender el acuerdo con el FMI, lo pone en la vereda del frente a cualquier reivindicación obrera. La defensa de las instituciones del Estado por encima de nuestro salario, salud o derecho jubilatorio es un llamado a poner el lomo a cambio de cada vez menos.

Plantear una movilización contra los especuladores no significa una lucha por los trabajadores. Sobre todo si la discusión que plantean los sectores que la impulsan es que se apruebe el salario básico universal de indigencia. Si la reivindicación central fuera la defensa del salario luchando por conquistar la canasta familiar y el 82% móvil para los jubilados sería otro cantar.

Es necesario que las asambleas abran el debate. La lucha más agrupante de los trabajadores es el salario. La hiperinflación es un ataque directo. Las patronales del transporte inician un lock out reduciendo servicios en reclamo de subsidios. La lucha por el salario es la verdadera grieta. Empecemos por casa, el especulador tiene nombre y apellido: el grupo Roggio.

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