UTA: un paro para no luchar por el salario

Escribe Sebastián Bravo

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El Secretariado General de la UTA anunció un paro de actividades por 8 horas para el martes 2 de agosto, en el horario nocturno de 22 a 6, luego de que fracasara el pedido de reapertura de paritarias. La UTA pedia el pago de un bono de $25.000 en agosto y una determinación salarial a partir del 1 de setiembre, teniendo en cuenta la variación en el índice general de precios del INDEC, en el rubro alimentos.

En el comunicado, firmado por Roberto Fernández, la burocracia afirma encontrarse "insólitamente con un sector empresario que reconoce la justeza del reclamo, pero que manifiesta no poder económicamente hacerle frente", cuando la "inflación alcanzará como mínimo un nivel del 76% durante 2022 según las proyecciones de los consultores económicos que integran el Relevamiento de Expectativas de Mercado (REM) del Banco Central".

Hoy día el sueldo inicial de bolsillo de un chofer de colectivo llega a los 130 mil pesos, lejos de la canasta familiar que sobrepasa los 200mil. La última paritaria redundó en bonos fraccionados que se percibieron por única vez, en un acuerdo firmado a espalda de los trabajadores. La pauta salarial firmada por la burocracia de la UTA con las patronales para los trabajadores del AMBA representó apenas un 19,3% al básico y cuatro cuotas no remunerativas que llevaronn el salario de un trabajador del transporte a $150 mil brutos en agosto. En ese entonces la canasta familiar, incluyendo el alquiler, estaba en 190mil.

En ese sentido es de destacar que las únicas medidas de lucha para reclamar la recomposicion salarial fueron tomadas por sectores de choferes independientes, a través de paros y piquetes simultáneos en Zona Norte, Zona Sur y Zona Oeste. La burocracia de la UTA sólo atendió el reclamo salarial cuando las patronales del trasporte reclamaron el aumento de subsidios.

La burocracia, lobbista patronal

Los reclamos salariales de la burocracia empalman siempre con los pedidos de aumento de subsidios a las patronales de las líneas de colectivos. El propio Fernández nunca tuvo empacho en apoyar el reclamo patronal, incluso el lockout antiobrero que dejó sin transporte a millones de trabajadores. El sector de Bustinduy -opositor a Fernández- tampoco se delimitó del lockout patronal. De este modo la paritaria es instrumentada como factor de presión para reclamar más subsidios. Las cuentas están a la vista: las patronales reciben bonificaciones por coche por el orden del millón de pesos mientras los sueldos de los choferes orillan la línea de pobreza.

En este reclamo patronal se inscribe otra medida en reclamo de subsidios que es baja en la frecuencia del servicio al 50%, para exigir los subsidios adeudados al gobierno. La burocracia de la UTA suma un reclamo salarial de miseria para encolumnar a los trabajadores detrás del reclamo patronal. La contracara de esto es la reducción de personal y cesantías por la reducción de frecuencia y por las bajas de unidades.

Nuestra lucha

El paro convocado por la UTA una semana antes no llegara a destino, es una maniobra para que el Ministerio dicte antes la conciliación obligatoria. El reclamo sindical de la mano de las necesidades patronales es una vía muerta para la clase obrera. Son los trabajadores los que deben tomar en sus manos sus propios reclamos.

El camino lo marcan de hace tiempo los choferes independientes que salieron con medidas de luchas concretas a reclamar la recomposición salarial – y que han sido víctimas de la persecución de parte de las empresas y de la UTA. La lucha salarial debe tomar como primer punto la defensa de los puestos de trabajo. La asamblea general de la 60, que votó el paro general contra los despidos, es una muestra de que los choferes tienen voluntad de luchar.

Organicemos la lucha por un salario igual a la canasta familiar, con asambleas por lugar de trabajo para discutir un plan de lucha.

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