Mendoza: Suárez institucionaliza la pobreza

Escribe Silvia Del Plá

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En una modalidad que ya se ha hecho consuetudinaria para el gobierno mendocino, las "discusiones" paritarias se cierran por decreto. Lo hizo la semana pasada con el SUTE y se apresta a hacerlo con ATE. Los sindicatos estatales y docentes son los más importantes en el sector público provincial.

La "propuesta" de la que el gobierno provincial dice que no está dispuesto a moverse no recompone los rezagados ingresos de los empleados públicos los cuales, con la excusa de la pandemia, estuvieron congelados en 2020, y vienen de ajustes paritarios a la baja y sin ninguna recomposición.

El gobierno atribuye a la situación macro económica nacional la incapacidad de asumir compromisos de salarios mayores, lo que contrasta con la realidad de que el estado provincial tiene superávit, paga puntualmente los intereses de su deuda y mantiene en vigencia planes de fomento al sector privado (Mendoza Activa y otros) y exenciones impositivas como en el caso de ingresos brutos a los bodegueros exportadores. En cambio, un maestro en Mendoza gana de inicial menos de 50 mil pesos. La mitad de una canasta de pobreza.

Para vehiculizar esta política anti obrera, el gobernador Suárez aplica medidas totalitarias de persecución a la actividad sindical y a la organización de los trabajadores. Continuando la "línea" de Cornejo, su predecesor, quien impuso a la docencia el nefasto Ítem aula, que castiga con descuento de los días de huelga, en los establecimientos educativos y de salud se impiden las asambleas y han convertido en gendarmes a directivos y autoridades. En plena discusión paritaria, los medios informaban sobre la posible detención de los dirigentes de ATE procesados por haber cortado la semana pasada el acceso este (RN7).

Tanto Suárez como Cornejo han sabido sacar ventaja de las divisiones en el campo sindical. El contundente paro de los días 26 y 27 y la multitudinaria marcha y posterior concentración en casa de gobierno logró por lo menos reunir en tiempo y lugar una acción contundente, pero inexplicablemente diferenciadas. ATE, ATSA y APEL, por la parte posterior del edificio, y SUTE, SADOP, SITEA y AMPROS, en el frente.

La lucha salarial de los estatales cuenta con el apoyo de la población, porque se advierte que los bajos salarios en el Estado traccionan a la baja los salarios del sector privado. Incluso el comercio está sufriendo por la aguda retracción del consumo. Los días de paro, los papás no enviaron a sus hijos a las escuelas, y pese a los trastornos, tampoco el público en los hospitales, que vienen con retención de tareas hace un mes, se pronuncia en contra del reclamo salarial.

La docencia hará el miércoles su plenario para tomar una actitud frente a la "paritaria por decreto" y mañana ATE hace su asamblea interhospitalaria en la puerta del Notti por el mismo motivo. Los docentes barajan entre otras alternativas el paro indeterminado.

Se cae por su propio peso que el autoritarismo del gobierno de Suárez sólo se derrota con acciones firmes y unitarias. Para lograr un salario "digno" que para serlo no debe ser inferior al costo de la canasta familiar, hoy en $160 mil.

Unidad de los trabajadores, una querida consigna, que hoy se ha vuelto una necesidad, para torcer el brazo de un gobierno que institucionaliza la pobreza.

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