Escribe Leonardo Perna
“Sin pan y sin trabajo”, pero con cargos públicos.
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Luego de dos años de pandemia, las organizaciones vaticanas volvieron a realizar una movilización en el día de San Cayetano. Arrancó por tramos el martes pasado desde la Basílica de Luján, donde se pudo ver encabezándola a el “Gringo” Castro de la UTEP y a Gustavo Béliz, ex secretario de Asuntos Estratégicos del presidente. El domingo se completó el tramo final desde Liniers a la Av. 9 de Julio, donde se realizó el acto principal. Fue encabezado por Juan Grabois, Daniel Menéndez y Juan Manuel Abal Medina, ex jefe de Gabinete.
A diferencia de otros años el escenario fue montado sobre Av. de Mayo y la 9 de Julio. La convocatoria llevó una multitud considerable, las columnas llegaban hasta la Av. San Juan por un lado y a la plaza Congreso por otro. Esto se replicó en al menos una decena de provincias. Durante el recorrido y en el escenario las organizaciones convocantes como la UTEP, Movimiento Evita, CCC, Somos Barrios de Pie, el FPDS y el gremio ATE desplegaron los reclamos y quejas sobre la situación social.
“Solo escuchamos medidas para los mercados” fue la queja común, y la más fuerte se escuchó por parte de la UTEP: “no vamos a tolerar que los de abajo no obtengan respuestas”. En la misma línea, Dina Sánchez, una de sus referentes, declaró que no puede ser que “quienes se sientan encima de la comida y especulan todo el tiempo obtengan respuestas, y los de abajo no”. Esteban “Gringo” Castro planteó que “algunos se empezaron a poner nerviosos y nerviosas. A partir de ahí hay un permanente nivel de estigmatización, demarcación, vigilanteada”, refiriéndose al avance de las causas y allanamientos contra referentes; “No hay unidad política, no hay criterio político y por eso no sale ni el monotributo productivo, ni el salario universal”, se lamentó al cierre.
Juan Grabois fue más sucinto y se atajó de dar definiciones. “Convocamos a la militancia para rediscutir la pertenencia al bloque de diputados oficialista”, pero no mencionó los cargos en el Ministerio de Desarrollo y en el gobierno. Daniel Menéndez solo apuntó a que “la marcha representa la búsqueda de los movimientos sociales por ser protagonistas en la reconstrucción de la Argentina”. Mientras esto pasaba, parte de los presentes se acercaban tanto a la iglesia de San Cayetano como a la Catedral, donde eran recibidos por los párrocos. El arzobispo Mario Poli, luego de señalar que “esta Argentina nos duele a todos”, propuso “poner el hombro para reconstruir el país”. La atea CCC, que reivindica la insurrección popular, aparece como la más oficialista de las “cayetanas”.
Este escenario, con sus crisis internas y contradicciones, vuelve a mostrar la orientación de ‘Los Cayetanos’ y sobre todo de Grabois, que aún debe decidir acerca del apoyo a Sergio Massa y quienes lo designaron “súper-ministro”.
El piqueterismo del Frente de Todos carece de recursos políticos para “manejar los tiempos” de la crisis que amenaza devorarlo.