Estatales: Andrés Rodríguez dice que vamos bien...

Andrés Rodríguez, secretario general de Unión Personal Civil de la Nación- UPCN salió a rechazar el “bono por decreto” de Sergio Massa y CFK. En la entrevista radial aprovechó para señalar que los estatales le están ganando a la inflación y que no “tenemos necesidad de nada diferente”.

El acuerdo paritario firmado por el gobierno, UPCN y ATE en junio de este año otorgaba un aumento del 60% en cuotas y un ajuste de distintos ítems que por lo que ellos interpretaban llevaba la paritaria a cerrar por encima del 70%. Lo que nunca dicen UPCN, ATE o el gobierno es que los salarios estatales -al igual que casi todos los salarios- vienen acumulando pérdida respecto de la inflación año tras año.

Con la primera cuota de las paritarias, lejos de calmarse los ánimos por lo depreciado de los ingresos de los y las estatales empezó a generarse el bullicio de que con un aumento del 16% igual no se superaba la línea de la pobreza. Según datos oficiales la línea se corre mes a mes al ritmo del 6% u 8% de inflación informado por el INDEC. El mismo Rodríguez menciona la posibilidad de que la inflación ascienda a los tres dígitos, pero insiste en que de ser así un aumento se revisará en la “mesa paritaria” y no por decreto.

Paritaria vs. bono por decreto

Lo que discute la burocracia sindical cuando rechaza el aumento de suma fija no es lo insuficiente del monto propuesto (30 mil para los privados) sino que los corre del lugar de contener el malestar. Desde que las “minicuotas” y las revisiones aparecieron se escucha a los sindicatos de la CGT y la CTA decir que “en tal mes hay revisión”, “la paritaria nunca se cerró porque hay reunión en dos meses” y que no hace falta hacer nada porque ellos pedirán el ajuste por la inflación.

Son las cuotas y las mesas paritarias una estrategia para descartar las asambleas y la lucha en los sectores y pone a la burocracia en un lugar de poder respecto de los patrones (privados o públicos). En UPCN no se sabe si alguna vez hubo, pero en ATE ya no hay plenarios de delegados y cuando los hay los consejos directivos se arrogan el derecho a resolver sin votación porque ellos fueron electos.

El rol de contener las luchas que surgen desde los sectores de trabajo es una carta para negociar apoyos a una u otra fracción del gobierno o de las patronales, para negociar la plata de las obras sociales o para financiarse con los “aportes solidarios” y con los fondos de capacitación. La burocracia usa la paritaria como una mesa de negociación de la caja con la que se financian.

El bono propuesto por Massa, que aún no tiene fecha de cobro, se presenta absolutamente insuficiente ante la crisis económica, no servirá para acallar el malestar creciente en los sectores. Malestar que se suma al congelamiento del ingreso al Estado y a lo limitado de los concursos vigentes para el ingreso a Planta.

La mesa que sí quiere Rodríguez

La propuesta que sí acepta Andrés Rodríguez, el empresario hípico es aquella en la que se sienten sindicalistas y empresarios a discutir cómo “mejorar la situación argentina”. Ya sabemos que en esas mesas los intereses de los y las trabajadoras nunca están en la agenda, de lo que se trata es de cómo garantizar seguir atacando el salario sin que haya una respuesta organizada por parte de las y los trabajadores.

Los sindicalistas que ocupan sillas en esa mesa hace mucho que debieran estar sentados del lado de los empresarios, son los dueños de las empresas tercerizadas, de las prestadoras a las obras sociales que dirigen, son quienes manejan la lista de despidos y los que vociferan sin reparo alguno en contra del salario de los representados de sus gremios.

Debemos organizarnos en asambleas sin distinción de sindicatos, exigir el pase a planta permanente de todos los trabajadores del Estado, el salario mínimo igual al costo de la canasta familiar indexado por inflación. En el camino de luchar por nuestras reivindicaciones debemos terminar con la burocracia sindical que, se movilice o no el 17 de agosto, tiene por único objetivo sostener al gobierno de la devaluación y el tarifazo.