Ruidazo contra la violencia contra la mujer: un grito en la catástrofe

Escribe Rita Marchesini

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El ruidazo de los movimientos de mujeres, en la noche de este lunes, puso de manifiesto otra de las manifestaciones lacerantes del capitalismo –la violencia doméstica. El aislamiento social no ha hecho más que reforzar el infierno que soportan cotidianamente miles de mujeres, incluido el crimen.

Pero si este flagelo se multiplicó en estos días, es porque la cuarentena no es más que el escenario agravado que caracteriza a la vida familiar bajo el capitalismo. El hacinamiento habitacional, que encierra a padres e hijos en una única pieza; la incertidumbre sobre lo que habrá para alimentarse y vivir, en medio de la precarización laboral, de las changas o despidos sorpresivos. O, en el otro extremo, el agobio del sobretrabajo y la violencia laboral, que luego se descarga en el hogar.

Lo que los burócratas oficiales denominan “aislamiento social”, es para muchas familias la condena a otra peste –la opresión de la vida familiar, acentuada por el encierro, los espacios reducidos, el salario que no se cobra o el teletrabajo que se suma al cuidado de los niños y de la propia casa. La violencia contra la mujer de los días de cuarentena retrata, en una forma catastrófica, la violencia doméstica de todos los demás días.

La ruta para luchar contra los femicidios y la violencia familiar: la unión de los trabajadores, hombres y mujeres, para enfrentar la pandemia con un programa propio, no el de los Techint, los Roemmer o los de Vaca Muerta y los usureros de la deuda pública. Llamamos a las mujeres que han salido a los balcones y veredas para repudiar el asesinato de mujeres y para reclamar que el Estado tome medidas de protección, que se vengan a la lucha con la clase obrera, porque el programa de aquellos pulpos como el del gobierno nacional y sus opositores aliados, nos lleva a una catástrofe mayor y un mayor número de víctimas.

La caracterización de conjunto sobre este flagelo no exime a ningún trabajador de su responsabilidad en la conducta propia hacia su compañera. El abordaje político clasista y socialista es fundamental porque nos sirve para organizar la lucha contra la violencia contra la mujer en las organizaciones obreras, en las barriadas y lugares de estudio, y para luchar contra todas las opresiones.

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