Escribe Lisandro Martínez
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El 15 de agosto pasado La Fraternidad convocó un paro por agresiones al personal ferroviario cerca de estación Bosques.
Ahí, un tren del Roca arrolló a un niño de 5 años que circulaba por las vías. La falta de obras de urbanización en barrios sin asfalto, puentes, túneles e incluso sin luz no aseguran la vida. Los vecinos van por lugares peligrosos y hasta electrificados, y el Ministerio de Transporte, Trenes Argentinos, municipios, sindicatos ferroviarios y comisiones de seguridad están ausentes. Esto indica que seguirán produciéndose accidentes y muertes.
El fallecimiento del niño provocó que familiares y vecinos agredieran al personal del tren y en la barbarie los robaran. Trenes Argentinos no garantiza medidas de seguridad que protejan a los trabajadores en las estaciones o en el tren. No hay seguridad para quienes trabajan. ¿Dónde está la Comisión Obrera de Seguridad contra accidentes y ataques a los compañeros? Este grave accidente no fue un rayo en cielo sereno. La inseguridad en el ferrocarril es hija de la repartija de subsidios millonarios entre funcionarios, concesionarios y sindicatos, como si se tratara de un botín.
Trenes Argentinos ha naturalizado la acción de barras bravas que atacaron a laburantes, por ejemplo en estación Gerli y sobre el tren por demoras en el tráfico. Esto no llevó a ninguna medida de protección de la patronal quien, por ley, debe proteger a los que trabajan.
Las Comisiones de Seguridad electas en las secciones deben reportar a las asambleas de personal. Los millonarios subsidios que el Estado distribuye a dos a manos a funcionarios y gremios deben ser supervisados por asambleas. Las obras de infraestructura deben ser controlarlas por vecinos y trabajadores.