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Alberto Fernández le encargó al ministro de Justicia Martin Soria la renuncia de la presidenta del INAI, la rionegrina Magdalena Odarda.
Odarda se hizo conocida por sus denuncias contra la corrupción, que cimentaron su carrera política. Dio sus primeros pasos en las filas del ARI de Elisa Carrió y siguió más tarde militando en la Coalición Cívica, hasta que formó su propio partido, RIO. Luego integró el Frente Progresista de Hermes Binner. En 2019 fue candidata a vicegobernadora de Río Negro en la fórmula con Martín Soria, ya integrada al Frente para la Victoria rionegrino, antes de convertirse en funcionaria del gobierno FF.
Desde el INAI, intervino fundamentalmente en dos cuestiones que no se han solucionado: el “tema mapuche” y el caso de Joe Lewis, el magnate inglés que cerró el paso al Lago Escondido, apropiándose de toda el área y muchas otras tropelías.
En momentos en que el conflicto mapuche se profundiza por la explotación de Vaca Muerta, la construcción del gasoducto Néstor Kirchner y la instalación de la producción de Hidrógeno Verde en Río Negro, esta renuncia es una nueva concesión a los intereses capitalistas que operan en la Patagonia. No porque las intervenciones de Odarda fueran efectivas en defensa de los pueblos originarios ni en la defensa del medio ambiente, sino porque no logró ´apagar´ los conflictos.
La tensión entre el gobierno nacional y los pueblos originarios revela las expectativas frustradas en la ley 26.160, del 2006, que venía a suspender la ejecución de sentencias judiciales de desalojo de comunidades indígenas y promovía un Relevamiento Territorial de Comunidades Indígenas. En la provincia de Río Negro ese relevamiento está suspendido desde el 2012. Las pocas comunidades que fueron relevadas no poseen el título de propiedad comunitaria. Para obtenerlo debe promulgarse una ley específica que nunca se trató.
Aún con la insuficiencia de esa ley, que solo suspende los desalojos, el gobierno quiere terminar definitivamente con el reclamo de la tierra por parte de los originarios. Desalojos violentos como Quemquemtrew o intentos de desalojo como Villa Mascardi o Cushamen son cosa corriente en la Patagonia. Rafael Nahuel, Santiago Maldonado o Elías Garay son las víctimas fatales del aniquilamiento político de este régimen.
La renuncia de Odarda se produce poco después de la de Lautaro Echatchu, director de Parques Nacionales, por el asunto Lanín. Hace una semana, Echatchu declaró al volcán Lanín “sitio sagrado mapuche”. Inmediatamente el gobernador de Neuquén Omar Gutiérrez (MPN) se quejó ante el gobierno nacional y el ministro Cabandié ordenó su salida.
El gobierno apunta a entregar el territorio que ocupan los pueblos originarios a las mineras, a la industria forestal, al turismo y a la especulación inmobiliaria. El fusible de esa política ha sido Magadalena Odarda.