Grabois, del bloque al interbloque

Escribe El Be

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La ´ruptura´ de Juan Grabois con el Frente de Todos, pregonada mediáticamente durante largos meses por el emisario papal, finalmente ha concluido en una estafa política. Decidió realizar el anunció la misma semana en que se había puesto a la cabeza de ´recuperar la mística´ del kirchnerismo por las calles de Recoleta. Por ese motivo, los dirigentes de La Cámpora calificaron la ´ruptura´ como ´inoportuna´.

La ´ruptura´ se formalizaría el domingo, cuando el Frente Patria Grande reúna su congreso para tomar una decisión. Pero el mentado congreso de Patria Grande no es más que un sello. Grabois se adjudicó la autoridad para decidir la ruptura con el FdT sin consultar a nadie; en caso de no romper, usará el mismo método. El aviso de ruptura previo al congreso fue más bien un ultimátum para abrir una negociación con el Ejecutivo, que se está llevando adelante en estos momentos a contrarreloj. La decisión no dependerá de un posible debate en un congreso de Patria Grande, cosa que difícilmente suceda, sino de los acuerdos que se lleven adelante con las instituciones del Estado en los próximos días.

La causa alegada para la ´ruptura´ es el cajoneo del proyecto del Salario Básico Universal, el cual, en el entendimiento del propio Grabois, es perfectamente compatible con las políticas de ajuste del FMI. Por eso, en su raid mediático no ha dicho una sola palabra acerca del ajuste del ´superministro´ Massa. Por otra parte, los que fogonean esta ruptura se tomaron la molestia de dejar en claro que no exigen que se apruebe el proyecto en lo inmediato. “Lo que nosotros pretendemos es que, al menos, se ponga el tema en debate. Si hay que modificar el proyecto, estamos dispuestos a discutirlo. (...) Queremos abrir el debate”, señalaron partidarios de Grabois a La Nación.

Patria Grande cuenta con tres diputados nacionales (Itai Hagman, Federico Fagioli y Natalia Zaracho), una legisladora porteña (Ofelia Fernández) y una diputada bonaerense (Lucía Klug). La frutilla del postre de la ´ruptura´ es que ésta no va más allá de la separación de los legisladores de Patria Grande del bloque del Frente de Todos, pero para formar inmediatamente un interbloque con ellos. Esto permitiría al Frente de Todos mantenerse como la primera minoría en la Cámara de Diputados, con 118 legisladores, sobre los 116 de Juntos por el Cambio. En el oficialismo descartan la posibilidad de que Grabois deje el Congreso en manos de la oposición.

Se consuma así una estafa política que lleva varios meses en preparación. Para ello, Grabois se valió de la colaboración del FIT-U, quienes hicieron de segundo violín a las maniobras distraccionistas del emisario del Papa. Grabois cumple, finalmente, con la exigencia que le viene realizando el PO hace largo tiempo, que es una “ruptura con el gobierno” sin llamar a la huelga general contra el gobierno del FMI y por las reivindicaciones de los trabajadores (salario mínimo igual al costo de la canasta familiar, aumento inmediato del 100% de salarios y jubilaciones, reparto de las horas de trabajo).

Otros diputados de la izquierda cooptada por el kirchnerismo, como Juan Carlos Alderete de la CCC, tampoco descarta la posibilidad de formar su propio bloque, dentro de un interbloque con el FdT, para que “se nos escuche”.

Grabois no miente cuando dice que el salario universal no es incompatible con las políticas del FMI o el Banco Mundial. Los “ingresos universales” son el rasero de pobreza que, desde hace décadas, los organismos financieros del imperialismo recomiendan cuando se perpetran ajusten brutales, como el que ya ocurre hoy y como tendrá lugar a una escala superior si se produce una devaluación. Pero en los actuales planes ajustadores de Massa y los Fernandez, ni siquiera hay lugar para el “universal” –por el contrario, apuestan a dar de baja al 30% de los actuales planes sociales. En esas condiciones, que plantean un abismo entre el kirchnerismo y la masa oprimida, la única “contención” que le queda a Grabois es la verba -armar un kirchnerismo “crítico”, dirigido a desalentar la lucha por el salario y el derecho al trabajo. Grabois “rompe” para salvar al gobierno, no para luchar contra él.

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