Escribe Guille Molesto
3 y 4 de septiembre, corte en el puente Rosario-Victoria.
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En las últimas semanas, en Rosario y ciudades aledañas, incluso CABA, el humo de las quemas de los humedales del río Paraná llegó a extremos inusitados, con consecuencias en la salud de los habitantes de Rosario y la región. Trabajadores de la salud han declarado que se multiplican las consultas por problemas respiratorios. Cada vez que el humo parece cesar, aparece un nuevo foco de incendio, como si se tratara de una provocación.
Los gobiernos se han pasado la pelota sistemáticamente. Ellos son cómplices y responsables de esta situación y asisten con una llamativa tibieza ante la presión del lobby empresarial agroganadero y de la especulación inmobiliaria que quiere emprender jugosos negociados en las islas. Ni el intendente de Rosario, Pablo Javkin, pasando por los gobernadores Perotti y Bordet, hasta el mismísimo ministro de Medio Ambiente -Juan Cabandié- han podido parar las quemas. Los que gobiernan son los intereses del gran capital. Aunque siguen circulando con nombre y apellido quienes están detrás de esto: los empresarios Baggio, Sidoti, Vignale, Rachinsky, entre otros, el Estado no avanza en causas, ni investigaciones ni mete preso a ninguno de estos.
Las leyes que existen para proteger el humedal son variadas. El problema es que los responsables de ejecutarla siguen siendo los mismos que la violentan –el gran capital y sus gobiernos. Una verdadera protección de los humedales sólo podrá ser ejecutada bajo el control popular de las organizaciones obreras, de derechos humanos, organizaciones sociales y ambientales, que deberá partir del veto a los negociados capitalistas en el humedal. Con esta perspectiva, impulsamos el corte previsto para los 3 y 4 de setiembre, que debe recabar el apoyo de todas las organizaciones obreras y de lucha de la zona.