Italia, crisis social y polarización política

Escribe Ana Belinco

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Al día de ayer en Italia los muertos por el Covid-19 rompieron la barrera trágica de 889 muertes en 24 horas, aunque tendencialmente fueron menos que las 969 del día previo. El número total de muertes asciende a 10.022, según datos de la Protección Civil.

Por otra parte, fueron declarados oficialmente 3.651 casos positivos más, aunque esto significaría una sensible tendencia a la baja con relación a días anteriores, en el marco de un total de 92.472 contagiados.

La mayoría de las muertes fueron en Lombardía, la región más afectada y la locomotora de Italia, en el norte, donde murieron hasta ahora 5.944 personas y en las últimas 24 horas, más de 500. De las 70.065 personas actualmente infectadas 39.533 se encuentran en aislamiento domiciliario; 3.856, en terapia intensiva (1.319 en Lombardía), y 26.676 están internadas con síntomas (11.152 en Lombardia) (La Nación, 29/3/20)

Pero estas cifras se dan en un marco de parate económico al calor de las medidas de cuarentena, lo que agudiza la pauperización de millones de trabajadores, en especial en la zona sur de Italia, sometidos a condiciones laborales de precariedad e informalidad durante años.

Millones de “nuevos pobres”, como comerciantes, cuentapropistas y cientos de miles de personas que trabajan en negro que ya no tienen ni para comer se suman a la masa de trabajadores arrojados a la pobreza y la indigencia teniendo que recurrir a comedores de organizaciones sociales. Un 75% de la juventud italiana está desempleada.

Las autoridades temen el “estallido social”. “Hay que actuar rápido, está en riesgo el orden democrático”, dijo este sábado el ministro para el Sur, Giuseppe Provenzano, en una entrevista al diario La Repubblica. Frente a este escenario el gobierno anunció que entregaría $400 millones de euros para bonos de compra de alimento generando críticas en sentido de lo insuficiente de la medida para hacerle frente cabalmente a la situación. Al mismo tiempo que denuncia “el crimen organizado” (mafia), el gobierno llama también a los ciudadanos a “denunciar a las autoridades policiales" los estallidos de la población hambrienta.

Lo que está en riesgo, en realidad, es la vida y la salud de millones de trabajadores. Mientras en las fábricas que siguen funcionando se manifestaron movimientos de huelga importantes, exigiendo condiciones seguras de trabajo, en las redes sociales circularon videos que llaman al saqueo de supermercados. En uno que se viralizó un padre siciliano junto a su hija comiendo una rodaja de pan, le advierte a las autoridades nacionales y locales: "Si mi hija ya no puede comer un pedazo de pan, nosotros iremos a asaltar a los supermercados". En la ciudad de Bari una funcionaria comunal tuvo que llevarle alimentos a una familia que subió un video mientras gritaba desde el balcón de su casa que ya no tenía más dinero para comer. En Palermo hubo un intento de saqueo en un supermercado debido a un grupo que comenzó a gritar "¡Basta de estar en casa, no tenemos plata para pagar, tenemos que comer”! La protesta estuvo relacionada con un grupo de Facebook llamado "Revolución Nacional", que ya cuenta con miles de adeptos y tiene una cita para la semana que viene: "Quien esté listo para la guerra el 3 de abril tiene que sumarse a este grupo. Para hacernos oír debemos saquear los supermercados como hacen en Siria y en España. La protesta verdadera es ésta, así entienden a lo que hemos llegado".

Italia, el país donde más se ha puesto en evidencia la incapacidad del capital y su gobierno para enfrentar la pandemia, ha ingresado en una crisis política, de un lado, y en tendencias a la rebelión popular y a la polarización del otro. La derecha encarnada en la liga del Norte, que lidera Salvini, intentará en este escenario, crear un movimiento fascista para romper el proceso de huelgas y movilización popular.

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