Escribe Agustina M.
Transformemos la bronca en organización
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Después de meses de lucha de la Asamblea de Becarixs UBA, con apoyo de la AGD-UBA, el miércoles pasado el rectorado de la UBA anunció la extensión excepcional de las becas que culminan entre agosto y noviembre de este año hasta el 31 de diciembre. Se trata de un pequeño alivio para 82 investigadores en formación de la UBA que podrían acceder a 4 meses más de tiempo y salario para entregar la tesis. No obstante, el anuncio del rectorado es claramente insuficiente, llega de forma muy tardía y entraña una serie de problemas.
Nadie ignora que una crisis humanitaria como la desatada por la pandemia afectó muy profundamente todas las actividades, incluyendo las tareas de investigación, que se vieron interrumpidas o severamente trastocadas durante gran parte de 2020 y 2021. A raíz de las luchas de Jóvenes Científicxs Precarizadxs, la Asamblea Nacional de Becaries y la Asamblea de Becarixs UBA, en 2020 se obtuvieron becas automáticas en Conicet y Agencia de 1 año para las investigaciones afectadas por la pandemia, que se fueron replicando para las cohortes de 2022, 2023 y 2024. En cambio, el Rectorado de la UBA prorrogó las becas finalizadas en 2020 solo por 4 meses, en 2021 por un promedio de 6 meses y ahora por 4 meses. El tiempo es claramente insuficiente y no se desprende de ningún criterio claro. El anuncio llega a mitad de octubre, mientras los investigadores cobraron su último estipendio en septiembre. Es decir que tendrán que esperar un mes más para cobrar lo que constituye su principal sustento. Para colmo, se plantea que queden sin ingresos en diciembre, justo antes de las vacaciones, con la dificultad que esto representa para acceder a otros trabajos.
Además, el rectorado ignora el reclamo de prórrogas y equiparación con las becas estímulo para las becas UBA 200 y no contempla casos particulares de becas que terminaban regularmente en otras fechas, o que fueron prorrogadas por licencias. Esto afecta a las becas de culminación de doctorado que finalizan en noviembre y a quienes tuvieron licencias por embarazo, que accederían a prórrogas de solo un mes. Las prórrogas correspondientes a las licencias por embarazo son un derecho conquistado con la lucha que debe ser defendido. El intento de ignorarlo de parte del rectorado constituye un claro caso de discriminación y violencia de género, que ya tiene antecedentes en 2020 y 2021, pero que fueron revertidos por la intervención de la Asamblea y del sindicato AGD-UBA.
**Investigar es trabajar: necesitamos derechos laborales **
La pandemia desnudó crudamente las condiciones de precariedad en la que realizan sus tareas los investigadores en formación. Ser becario implica realizar el mismo trabajo que un investigador de planta, con una dedicación exclusiva, solamente compatible con un cargo docente simple. La única diferencia es que aún no se cuenta con un título de posgrado, que se busca obtener al final del período de la beca con la entrega de la tesis. El mal llamado “estipendio” es el principal sustento de profesionales ya graduados de carreras universitarias que participan de proyectos de investigación, producen regularmente informes y artículos y se someten a evaluaciones constantes.
Este fue uno de los ejes principales que se debatieron en el Conversatorio “¿En qué condiciones hacemos ciencia lxs investigadorxs en formación? Debates sobre investigación, derechos laborales y pandemia”, organizado el jueves 14/10 en Plaza de Mayo por la Asamblea de Becarixs UBA y JCP en el marco del paro de 48 horas de docentes universitarios convocado por la ConaduH. Allí, se hizo un balance de las luchas en el marco de la pandemia, se planteó la necesidad de luchar por mejoras salariales y se debatieron estrategias para conquistar el reconocimiento como trabajadores.
En ese sentido, los colectivos de becarios reclaman un marco regulatorio que reconozca derechos laborales plenos: un salario en regla, antigüedad, aportes, aguinaldo, paritarias, obra social para el grupo familiar, licencias con las correspondientes prórrogas, derecho a la estabilidad y la continuidad laboral. JCP ha elaborado un proyecto que se nutrió con los aportes de numerosos investigadores y docentes y que fue presentado en varias instancias. A pesar de que la gestión actual del Conicet, con Ana Franchi a la cabeza, prometió discutir el proyecto, se trata de una deuda todavía pendiente.
Por otro lado, el atraso en los resultados de la convocatoria a la carrera de investigador del 2022 hasta casi fusionarse con la convocatoria 2023 corre el riesgo de eliminar de hecho un año de convocatoria, empeorando la situación de cuello de botella para quienes quieren seguir desempeñándose en el ámbito de la investigación.
¿Cómo nos organizamos?
Los problemas en torno a las prórrogas y la continuidad laboral en investigación se enmarcan en un ajuste generalizado llevado adelante por los gobiernos, en connivencia con el FMI. Esto se traduce en reducción presupuestaria para ciencia y educación y en una rebaja salarial bajo la forma de paritarias con cuotas muy por detrás de la inflación.
El desafío actual es fortalecer la organización de docentes e investigadores para impulsar una lucha de conjunto. JCP Buenos Aires ha convocado a una asamblea el próximo martes 18/10 a las 18 hs., en el Instituto de Literatura Hispanoamericana (25 de Mayo 221) para discutir las problemáticas del sector. Desde la agrupación Naranja-Tendencia de docentes e investigadores proponemos llamar a asambleas en cada lugar de trabajo en rechazo al ajuste presupuestario y salarial, en la perspectiva de organizar un congreso de delegados de base que ponga en pie un plan de lucha de conjunto.