Escribe Pedro Bravo
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En la tercera audiencia por paritarias entre el sindicato de camioneros y las cámaras empresarias nucleadas en la Federación Argentina de Transporte y Logística (Faetyl), la Federación Argentina de Entidades Empresarias del Autotransporte de Cargas (Fadeeac) y la Confederación Argentina del Transporte Automotor de Carga, los empresarios ofrecieron un 84%, apenas 3 puntos más que la propuesta que llevaron la semana pasada. Los Moyano la rechazaron y se mantienen en el reclamo del 131%, más un incremento en la categorización por el orden del 20% y el pedido de que los ítems de viático y comida pasen a ser remunerativos.
El secretario adjunto del sindicato y uno de los titulares del triunvirato CGT, Pablo Moyano, es quién encabeza la negociación.
Finalizada la audiencia en el Ministerio de Trabajo, Pablo Moyano declaró que, de no conseguir un acuerdo en la reunión pactada para la semana que viene, los camioneros comenzarán con las medidas de fuerza. Viene amenazando con lo mismo desde antes de la primera reunión, cuando declaró que la huelga de los trabajadores del neumático iba a ser “un poroto en comparación a lo que iban a hacer los camioneros”. Por el momento, la dirección burocrática del gremio no ha convocado ni a una asamblea donde se discuta el problema paritario y la pérdida de poder adquisitivo de los trabajadores ante la escalada inflacionaria. Las declaraciones de Pablo Moyano, por lo tanto, no pasan del amague. Es ilustrativo cómo transcurrieron las primeras dos reuniones sin que se convoque a los trabajadores para acompañar el reclamo al Ministerio de Trabajo. Por el contrario, en la última reunión solo participaron los delegados, dejando a fuera de la negociación al conjunto de los camioneros. Lo que se dice una movilización de aparato.
Por su parte Hugo Moyano presiona al gobierno para que interceda en la discusión paritaria, declarando que “el Gobierno tendría que utilizar todos los medios posibles para hacerle entender a estos señores (por los empresarios) que hay que hacer también un sacrificio como ganar un poco menos” (infobae 19/10). Según Moyano, el gobierno fondomonetarista de los Fernández "está haciendo todo el esfuerzo necesario para evitar que el tema de la inflación se profundice más y eso hay que entenderlo porque esto pasa en el mundo y no se puede desconocer” (ídem).
El sueldo promedio de los camioneros apenas sobre pasa los 100 mil pesos de bolsillo. Es decir que está por debajo de la línea de pobreza establecida por el Indec, ubicada en 121mil pesos. Peor aún, al desmenuzar los recibos de sueldo vemos que, en realidad, el 35% del salario de bolsillo corresponde a sumas no remunerativas, condicionadas a ítem de prescencialidad en viático y comida y a sumas atadas a aumentar la intensificación en los ritmos de trabajos como premios por kilometraje o de entrega de paquetes y bultos. Por ejemplo, un chofer de primera percibe 80.840,48 pesos de básico en bruto, un barrendero 73.832,58 pesos y un cartero 78.292,53 pesos. A lo que se suma por día efectivamente trabajado los ítems no remunerativos de viático y comida en el orden de los 1.857,71pesos.
Con lo cual el reclamo de aumento del 131% de la burocracia, como se puede ver, tampoco alcanzaría, menos aún si es pactado en cuotas. Queda en evidencia que los Moyano, como en las paritarias anteriores, pactarán un nuevo recorte salarial, lejos de las necesidades de los camioneros y en consonancia con el pacto establecido entre el gobierno y el FMI.
Esta situación crítica para los camioneros demuestra la impotencia de una burocracia liquidada que muestra a todas luces su incapacidad para desarrollar una lucha tenaz y consecuente en defensa del salario. Sólo los camioneros organizados de un modo independiente al gobierno ajustador y a la burocracia entreguista podrán superar los límites de los Moyano para salir a luchar con asambleas y movilizaciones en defensa del salario.