XXXI Marcha del Orgullo: abajo el fascismo y la guerra imperialista

Escribe Olga Cristóbal

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La XXXI Marcha del Orgullo tendrá lugar este sábado 5 de noviembre en Buenos Aires y muchas otras ciudades de todo el país. Habrá actividades culturales y una gran feria, y a las 16 se irá desde Plaza de Mayo hasta la Plaza del Congreso.

La marcha es convocada por unas 60 organizaciones (Federación Argentina LGTTB, el peronismo, la Coalición Cívica, entre otras) que rivalizan en su integración al aparato del Estado. La Marcha del Orgullo ha adquirido la impronta bolichera que le dan las empresas que la ´patrocinan´.

Este año, el lema principal es “La deuda es con nosotres: Ley Integral Trans, Ley Antidiscriminatoria, Sí al Lenguaje Inclusivo”. La alusión a la deuda es hipócrita. Los correlatos políticos de la Comisión Organizadora -el kirchnerismo, incluso el larretismo- son los que pagan la deuda y votaron el hachazo presupuestario a “las políticas públicas” tan caras a la burocracia GLTTB, convirtiendo en una quimera el derecho a la salud, la educación, la vivienda y la Ley integral trans.

Existen otra docena de consignas, entre ellas, “Fuera el FMI y sus políticas de ajuste”, derogación de los códigos contravencionales, Poder Judicial con perspectiva de género, “trabajo para todes sin precarización”, legalización de la marihuana y aparición de Tehuel. Es importante tomar nota de dos consignas que promueven la esclavitud de las mujeres: una es el pedido de legalización (reglamentación) de la prostitución –“Trabajo sexual es trabajo, que sea ley”-. Otra reclama que se autorice la subrogación de vientres, dulcificada tras el nombre de “Ley de gestación solidaria”.

“La Ciudad se vistió con los colores del arcoíris en un festival organizado por el Gobierno de la Ciudad”, dice Infobae (30/10). En la ´Ciudad del Arcoiris´, sin embargo, la diversidad sexual tiene poco que celebrar: los ataques homofóbicos son frecuentes y la marcha ocurre a días de que la votación del presupuesto legalizó un ajuste brutal contra la población trabajadora (que el colectivo GLTTB integra en condiciones desfavorables). Siguen impunes las patotas que golpean a chicos gay a la salida de las fiestas, los que trataron de incendiar el hotel Gondolin, donde viven 50 personas travestis y trans, y los que periódicamente atacan a Maricafé, un bar gay de Palermo. En lo que va del año, por lo menos siete personas travesti/trans fueron asesinadas con saña en distintas provincias. El Estado tampoco puede contestar que le sucedió a Tehuel De La Torre, un chico trans que hace dos años fue a una entrevista de trabajo y nunca volvió.

Entre las consignas que encabezan la marcha, por otra parte, no se denuncia ni al fascismo ni a la guerra, que tienen como blanco privilegiado a la población LGTTB. La Corte Suprema de los Estados Unidos ha prohibido la mención a la diversidad sexual en las aulas y un sector plantea abiertamente la abolición del matrimonio entre personas del mismo sexo. La homofobia, la defensa a ultranza de la institución familiar y la esclavitud doméstica, ocupan un lugar destacado en el discurso de los Trump, los Bolsonaro, las Meloni, los Putin. Demonizan las otras expresiones de la sexualidad humana y se oponen a la educación sexual fuera de los parámetros bíblicos.

A pesar de estas omisiones, miles de jóvenes ven el Día del Orgullo como un espacio para exigir que se respete su identidad genérica y su opción sexual, para denunciar los ataques homofóbicos y la hostilidad clerical, para reclamar leyes que penalicen las agresiones. La Marcha del Orgullo se mantiene como una manifestación en defensa de derechos, aunque su cabecera esté copada por los partidos patronales. Los festejos de Rodríguez Larreta incluyen una jornada informativa sobre la salud de las personas trans, en el Hospital Muñiz. “Se tratarán temas vinculados a la hormonización a lo largo de la vida, desde la niñez y la adolescencia hasta la adultez”. ¿Hormonización desde la niñez y la adolescencia? Los gobiernos pretenden que los chicos no tienen autonomía de pensamiento para ocupar una escuela, pero sí para tomar hormonas que reorienten su identidad sexual.

Los prejuicios contra las personas no heteronormadas dificultan su acceso al trabajo, a la educación, a la vivienda. La situación más dramática es la de las personas travesti-trans, muchas veces expulsadas de su familia y del sistema educativo apenas se detecta su condición. El 90% de las mujeres trans subsiste en estado de prostitución desde la primera adolescencia. La ley del 1% de cupo laboral trans en los puestos estatales en general solo llega a los sectores medios, que han tenido acceso a la educación. Eso explica que la expectativa de vida promedio sea de 40 años, el mismo que tenía la humanidad en la Edad Media.

El Día del Orgullo GLTTB evoca el 28 de junio de 1969, cuando gays y lesbianas de Nueva York respondieron violentamente a una redada policial en el bar Stonewall, del Greenwich Village. Los choques con la policía -que perdió el control del barrio- se repitieron durante varias noches. Un año después, el 28 de junio de 1969, gays y lesbianas protagonizaron el primer día del orgullo en Nueva York, California y Los Angeles.

La “batalla de Stonewall” radicalizó el movimiento gay-lésbico, que abandonó a las organizaciones conciliadoras y se unió a la lucha -y los métodos de acción directa- de las mujeres de la segunda ola del feminismo, los estudiantes contra la guerra de Vietnam y los Panteras Negras. Las grandes movilizaciones rompieron las fronteras de cada grupo e incluyeron la impugnación de la democracia y el capitalismo norteamericano.

El movimiento de la diversidad sexual debe abandonar la subordinación al Estado y a los partidos patronales. Retomar una perspectiva de clase. Unir la lucha por sus derechos a la de las mujeres, los trabajadores y los otros explotados.

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