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La democracia socialista en Cuba es un mito burocrático de los técnicos profesionales del poder. La burocracia se mantiene ideológica y políticamente unida en el poder porque implanta un sistema de mitos que sustituye la realidad científica del desenvolvimiento metodológico económico, político, y social del curso hacia el socialismo. De ese modo falsea la ideología del materialismo histórico del marxismo-leninismo, empezando por haber deformado la historia nacional del movimiento obrero. La historia oficial silencia los errores del viejo Partido Socialista Popular, las posturas políticas de sus dirigentes conciliadores que formaron parte del primer gobierno de Batista (1940-1944) y en 1926 condenaron a Julio Antonio Mella por la huelga de hambre contra el dictador Machado. También el estalinista Partido Comunista se opuso en 1933 a la huelga de masas que tiró abajo al gobierno del machadato. Los militantes del viejo Partido Comunista acusaron a Antonio Guiteras de fascista y en principio se opusieron a la insurrección del 26 de Julio. Aún esa historia del movimiento obrero no se ha rectificado como merece serlo y el movimiento trotskista cubano (1932-1973) continúa silenciado. El mito actual parte de la deformación que la putrefacción estalinista sigue manteniendo y contagiando al contínuo método burocrático de la actualidad en Cuba, que es el método que ha fracasado.
No así el socialismo como sistema democrático científico que es el sistema del gobierno del proletariado, de su planificación y control revocable y permanente en las fábricas, en las minas, en los talleres, en las oficinas, en la ciencia, en el arte y en la cultura en general, como en el terreno militar -o sea la democracia de los soldados y sargentos y no sólo generales-.
Las masas cubanas ya en la actualidad han perdido el miedo político a la prepotencia absoluta del poder burocrático: se les están enfrentando a su sistema mitológico llamado "socialismo", tanto de carácter de cara destapada como por Internet y poco a poco se van animando en experiencia discursiva como en la profundidad política que le facilita el chateo por la maravillosa herramienta del Internet. Las masas trabajadoras y el pueblo cubano inmensamente de tradición revolucionaria no habían tomado profundamente la lucha contra la burocracia por el gran temor a una intervención imperialista. Pero hoy se siente tan amenazado por el imperialismo norteamericano como por la burocracia absolutista y represiva y por el grado de indigencia a la que la burocracia lo ha llevado. La burocracia cubana, lejos de ver una perspectiva de progreso y de salir del impase de ruina económica agravándose más la subsistencia de vida, ha llevado a las masas al límite de su resistencia humana. Mientras tanto, la élite de la dirigencia del gobierno y del Partido crece en su vida cómoda y privilegiada.
La única salvación del pueblo cubano no está en la vía capitalista que colapsa mundialmente porque ha llegado a su fin histórico como sistema barbárico e inquisitorial; pero la salvación de la clase trabajadora cubana tampoco se encuentra en la ya fracasada política burocrática estalinista de la falsedad “socialista” mediante la cual se conduce al camino del capitalismo tardío históricamente. El mundo actual y su salvación están en el control y dominio de los obreros en todos los países del mundo impulsando la lucha ya emprendida por las masas de la revolución socialista mundial.