Subte: cómo arrancamos el doble franco y la eliminación del asbesto

Escribe Matías Cisneros (con la colaboración de compañeros de ATM)

Adónde va el plan de lucha de Pianelli y Segovia.

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El sindicato del subte inició este martes un plan de paros parciales y por línea, que arrancó en la línea D. ¿Qué es lo que está en juego?

Los trabajadores del subte tienen una jornada de 6 horas, durante 6 días a la semana. El régimen de trabajo de 6 horas es una conquista arrancada con la lucha, aunque el Estado nunca reconoció el carácter insalubre de nuestra tarea.. Ese reconocimiento llevaría, por ejemplo, a la jubilación anticipada, y a otras medidas de preservación de la salud obrera.

Cuando se impuso la jornada de 6 horas se desconocía la contaminación por asbesto. O sea que durante 21 años, la empresa del grupo Roggio (Metrovias, ahora Emova) explotó la concesión del subte, con conocimiento del gobierno de la Ciudad, a sabiendas de la presencia ilegal de este cancerígeno. El asbesto es un agravante de la insalubridad. En este cuadro se inscribe el reclamo por alcanzar dos francos semanales.

El pliego.que votó el cuerpo de delegados reivindica el doble franco, el recambio de flota contaminada por asbesto y la incorporación de personal, Ha aprobado asimismo un plan de lucha de paros de 1 hora y apertura previa de molinetes. En la conferencia de prensa donde se anunciaron las medidas, el sindicato informó que la empresa no da respuesta a estos reclamos con el pretexto de que primero debía resolver aspectos pendientes del nuevo contrato de concesión. También se denunció la pérdida de 320 puestos de trabajo, por jubilaciones y la falta de ingreso de personal.

La empresa Emova contestó con un comunicado, con los mismos términos que utilizaron las patronales del Neumático: que los 2 francos son “incompatibles con los actuales niveles de productividad”, sin dar ninguna prueba. Apunta contra la jornada de 6 horas y los descansos que se producen al cumplirse 2 horas de exposición continua al túnel. A su vez, plantea que el menguado plantel actual de trabajadores es el “necesario” para el cumplimiento del contrato de servicio. Por otra parte, transfiere el reclamo del cambio de flota al Gobierno de la Ciudad.

Límites y maniobras

La oportunidad para de impulsar estos paros parciales coincide con la proximidad de las elecciones del sindicato, en las que el tándem Pianelli Segovia, repetidamente fracturado en el pasado reciente, enfrenta a una lista de izquierda (incluida Política Obrera). El plan de lucha del Subte contrasta, por su método y alcances, con la huelga indefinida y las movilizaciones de los residentes y concurrentes de los hospitales porteños por su salario neto de 250 mil pesos.

Los dirigentes del sindicato han asociado el reclamo del doble franco “a una corriente internacional empresarial que está dispuesta a reducir la jornada de trabajo para aumentar la productividad”. La dirección sindical hace una confusión peligrosa entre el desarrollo de la productividad como consecuencia de la aplicación de nuevas tecnologías, con la que resulta de la intensificación de la duración y el ritmo del trabajo. Mientras el tema de reducir la jornada es muy cacareado en la prensa académica, la única realidad es la contraria – la constante extensión de la jornada y semana de trabajo y la intensificación del ritmo de trabajo. Los que están en blanco pierden derechos y se igualan a los que están en negro, los cuales serán legalizados sin derecho. Es la reforma laboral que, entre otros, quiere Massa, “el” candidato K para 2023.

Pianelli-Segovia se adelantan a negociar con la patronal el doble franco a cambio de cláusulas de productividad. Quieren enterrar el legado histórico de las seis horas sin reducción del salario.

Salario y condiciones laborales

El plan de lucha de Pianelli-Segovia tiene lugar a sólo tres semanas de la reapertura del reclamo paritario, el próximo 1º de diciembre. La cuestión del salario, sin embargo, no está presente en la agenda del plan de lucha. Esto se lo deja a la burocracia de la UTA, a la que el kirchnerismo ha reservado el monopolio de la representación paritaria del subte. Pianelli-Segovia reclaman bonos de fin de año o por “cambio de empresa”. Esa renuncia a luchar por el salario ha llevado a un incremento de las horas extras, para complementar los ingresos. Así, la patronal viola la conquista de seis horas y expone a los compañeros a la insalubridad.

El crecimiento de las luchas obreras y sindicales ofrece una gran oportunidad para que el sindicato del subte emplace a la concesionaria-patronal y al gobierno a responder positivamente a los reclamos con la advertencia de una huelga general. En lugar de una pelea faccional limitada o contenida con el gobierno local del macrismo, funcional a los intereses en caída libre del kirchnerismo, es necesario defender los intereses del mundo del trabajo sin admitir tutelazgos políticos patronales de ningún tipo. La crisis actual enfrenta a la clase obrera con su momento de la verdad, para poner fin a un larguísimo período de derrotas y de retrocesos laborales y sociales.

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