Gatillo fácil en Virrey del Pino: “Los verdaderos transas estaban bien acomodados y protegidos por la policía”

Escribe Bárbara

Tiempo de lectura: 3 minutos

Desde el minuto cero fuimos culpables. Un barrio entero.

Al instante que asesinan a Bellido por la espalda comienza a circular la versión que él era transa, o que estaba volviendo de comprar droga, o que tenía algo raro… Raro es que pase un día sin que la policía Bonaerense no cachetee un pibe o te tiren la camioneta encima. Raro es que venga un móvil cuando es llamado por un vecino ante una emergencia. Raro era que pasaran dos días seguidos sin venir a meterse al campo donde los verdaderos transas estaban bien acomodados y protegidos por ellos, a cobrar su parte.

Pero no. Bellido corrió cuando la UTOI entró haciendo gala de su poderío y su armamento, sus uniformes caqui y sus sueldos pagados por nosotros. Y lo mataron por la espalda. Y lo abandonaron ahí.

A raíz de este hecho y hartos realmente que haber visto como año tras año esto se ponía peor y peor y quienes debían responder “no tenían móviles”, se decidió cortar la ruta, más de una vez, para lograr visibilizar el total abandono en el que el Estado nos dejó.

Y algunos soldaditos de cartón salieron de sus oficinas y se acercaron al barrio. En la reunión con los vecinos se pusieron las manos en el pecho diciendo “yo mismo personalmente y con mi nombre voy a efectuar la denuncia de todo esto”.

Dos días después, el miércoles 9, a las 20 hs. ingresa al barrio con un espamento digno de Hollywood un operativo inmenso, compuesto por la Policía Bonaerense, Guardia Urbana, Infantería y Motorizada. También dentro de la caravana diversos autos civiles con luces apagadas, algunos sin patente, con varios pasajeros, se dispersaron por el barrio y descendieron, tomando distintas direcciones.

En el barrio se suponía que venían a desalojar una toma ocurrida el domingo anterior, justamente en los terrenos en los que se asentaban los transas (¿casualidad?). Llegaron hasta el fondo del barrio, descendieron con sus escudos y escopetas y se posicionaron en varios puntos. Esperando. Saboreando el inminente disturbio que se iba a producir. Ansiosos de sangre de trabajadores.

Y sea o no resultado de los posibles infiltrados vuela la primera piedra y todo se desencadenó a una velocidad que sólo vi en películas sobre la dictadura.

Nunca ningún fiscal bajó, ni comunicó, ni anunció de qué se trataba el operativo, porqué estaban ahí a las 20hs.

Estaba cenando con mi familia a las 22hs. cuando empieza la balacera, los detalles de correrse de las ventanas y cerrar las puertas, tomar el celu y grabar lo que pueda se suceden en un instante. En el grupo barrial los mensajes llegan sin parar, había muchísima gente en las veredas que salieron a ver qué pasaba cuando los proyectiles inician. Desesperación.

Desde la última cuadra del barrio arrancan en formación hacia la ruta en un raid de correr gente, disparar y golpear. En el camino escupen en la cara a un vecino, le rompen el celular a otra que filmaba, amenazan verbalmente e insultan con epítetos como “crota” o “negros villeros” a todo el que pasa.

Recorrieron calle por calle disparando. Balas de goma, balas de plomo, todo el combo represivo. Paraban en las esquinas y también disparaban a las bocacalles.

Fue una hora de un terror indescriptible. Pero con la total seguridad que no fue un operativo al azar. Que no es casualidad que tras una semana de estar detenidos 11 oficiales de la UTOI y dos después de denunciar a la Bonaerense corrupta nos vengan a intimidar así. Claramente es un perro grande marcando con balas su territorio. Callando a todos a tiros.

Luego de llegar a la ruta cerraron el barrio. NOS SITIARON. No dejaban ni ingresar ni salir. Y no había ninguno que explicara porqué.

A las 0.30 aproximadamente ya se habían ido. Intentando dejar claro que son ellos los que mandan, que tienen la fuerza bruta para hacer lo que se les canta y que (más que evidente) tienen el permiso de la política de turno.

Pero no, no nos van a callar, se organizaron asambleas, se habló de posibles respuestas, mientras que los que participaron en la reunión como representantes de Estado no atienden los teléfonos.

Reprimieron y se llevaron gente. Hay familias que aún no pudieron ver a los detenidos, ni saber si están procesados. Durante toda la noche la comisaría del km 35 desconectó el teléfono.

Solos. Pero no tanto. Nos tenemos unos a otros y no nos vamos a callar más. Nos cuidaremos entre vecinos, entre familiares. Nos cuidarán uds., los que leen, difundiendo lo que pasa para que no se tape detrás de un supuesto desalojo de tierras.

Nos seguiremos defendiendo. No nos van a doblegar. ¡¡Los barrios están unidos!!

Basta de represión policial.

Basta de Gatillo fácil.

Barrio el Pino, Virrey del Pino, La Matanza

10/11/2022

Suscribite a Política Obrera