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La semana pasada Kicillof-Sileoni lanzaron una provocación contra los trabajadores docentes bonaerenses intentando restringir el uso de licencias médicas contempladas en el Estatuto del Docente. “A partir del 1º de diciembre del corriente año, los y las agentes de la Dirección General de Cultura y Educación deberán, al momento de solicitar una licencia y/o readecuación de tareas/cambio de funciones, contar con una serie de requisitos excluyentes”, informaron los funcionarios, como el número de celular del profesional que diagnóstica una patología y su tratamiento médico. Otro requisito inverosímil es que se obliga a los médicos a redactar sus informes “con letra clara fácilmente legible”, porque de lo contrario se rechazarían los pedidos de licencia médica de los trabajadores.
Respecto a las licencias por patologías más agudas, las trabas administrativas que impone el gobierno para denegar las licencias se refieren a que los estudios “complementarios deben ser de los últimos 30 días” cosa imposible de cumplir en muchas oportunidades ya que el vaciamiento de IOMA provoca que los turnos para los más diversos estudios medianamente complejos son a dos y tres meses.
Sobrecarga laboral y patologías
El salario real del conjunto de los trabajadores del país viene cayendo en forma acelerada desde hace varias décadas. Según el Observatorio del Derecho Social de la CTA A, el salario real de los trabajadores registrados cayó 25% en los últimos 7 años. En el caso del gremio docente el deterioro salarial obliga a los trabajadores a extender su jornada de trabajo para intentar compensar la caída del poder adquisitivo. Se ha transformado en algo “normal” trabajar dos y hasta tres cargos para poder llegar a fin de mes. Las conducciones gremiales burocráticas del FUDB son las directas responsables de esta situación porque desde hace años vienen aceptando, sin el aval de los trabajadores, acuerdos paritarios que consolidan la miseria salarial año tras año.
Naturalmente, cuanto más extensa e intensiva es la jornada de trabajo porque el salario no llega a cubrir el valor de la fuerza de trabajo (canasta familiar) más rápido se desgasta el cuerpo y la mente del trabajador (fuerza de trabajo).
Las enfermedades laborales (físicas y psíquicas) van a aumentar de la mano de la extensión de la jornada de trabajo, la polifuncionalidad, la violencia escolar en crecimiento, etc. Hay una relación directa y lineal entre la súper-explotación de la fuerza de trabajo y la proliferación de todo tipo de enfermedades.
Es claro que el gobernador Kicillof apunta a reducir el “ausentismo” poniendo piedras en el camino de las licencias médicas. El meollo de esta política anti-obrera esta determinado por el FMI, que impulsa un ajuste fiscal fabuloso que a nivel nacional implica un recorte de 15,5% en el presupuesto educativo. Kicillof retoma esta política con el ángulo de evitar mayor gasto en pago de salarios puesto que el docente con licencia cobra su salario mientras transita la enfermedad y debe ser reemplazado en el aula por otro docente. Es una forma de ajuste fiscal porque intentan evitar mayor erogación restringiendo la masa salarial.
La medida apunta a intimidar al trabajador docente para que no hago uso de su derecho (licencia por enfermedad) y al médico porque le suma tareas “administrativas” al personal de salud que transita por un cuadro de sobre-carga laboral insostenible, que fue denunciado por el movimiento huelguístico de médicos y médicos residentes y concurrentes.
La burocracia el FUDB colabora activamente con esta avanzada contra los derechos laborales por parte del gobierno “nacional y popular”. El Bloque Sindical, FUDB más ATE y SOEME, afirma que “vienen conversando en Mesa de Trabajo” con la patronal este conjunto de reformas “administrativas” que pone piedras en el camino al uso de las licencias médicas (Mesa de Entradas, 09/11, DGC y E, La Plata).
Los trabajadores de la educación bonaerense debemos pronunciarnos contra estos "requisitos básicos del certificado médico" para el uso de Licencia y por la defensa del Estatuto del Docente. Solo una lucha decidida derrotará esta provocación patronal.
