Sobre el artículo de Diego Rojas sobre la película “Argentina, 1985”

Escribe Edgardo Zimerman

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En el artículo de Diego Rojas se omite algo que me parece que es central: cuál es la política de fondo de la burguesía y el alfonsinismo. Es decir, si bien creo que los aplausos en los cines pueden ser importantes, es mejor decir cuál era la estrategia de la clase dominante en ese momento, que consistía en rescatar al aparato represivo juzgando a los miembros más quemados de la dictadura y salvando de los juicios a unos 4.000 oficiales dedicados a la tortura, secuestro y asesinato de los más de 30.000 compañeros. Ese era el canje, una versión subdesarrollada de los juicios del Nüremberg que juzgó a unos pocos nazis y dejó todo el aparato nazi sin juzgar, a tal punto que el gobierno alemán de posguerra de Adenauer tenía destacados miembros de las SS en su gobierno y muchos nazis fueron comprados por los servicios rusos de Stalin, por los EE. UU. y las policías de Sudamérica para la represión, tortura y asesinato.

La estrategia, al principio, de la multipartidaria y el PC fue la de evitar el colapso de la dictadura. Ante su fracaso es que el alfonsinismo se presentó como alternativa. A Claudio Kohan, en medio de la huelga de la Volkswagen de Monte Chingolo, en una película documental (“Malvinas, historia de traiciones”) le hacen un reportaje donde el expresa el pronóstico de Política Obrera de que la burguesía necesita un cambio de collar al perro, es decir la "democracia", y el alfonsinismo triunfará y continuará la política de recorte de las libertades públicas y confiscarán a los trabajadores, dado que las libertades públicas o democráticas se conquistaron en las calles bajo la dictadura, con las marchas de la clase obrera y las Madres de Plaza de Mayo y Política Obrera, que estando proscripta por los milicos marcha con 10.000 compañeros. Política Obrera decía un cartel gigante en Plaza de Mayo, publicado en una foto en la tapa del Diario Popular. Esa democracia en las calles, que iba creciendo y haciendo retroceder a los milicos, junto con elecciones de delegados en las fábricas y huelgas y manifestaciones con la consigna "Abajo la dictadura", que se hizo popular, obligó a la burguesía que ya no podía gobernar con los milicos después del fracaso de Malvinas a necesitar de la trampa institucional para derrotar el movimiento de lucha y, luego, recortar las libertades ganadas en las calles para confiscar a los trabajadores y aumentar el endeudamiento con el FMI. Ese era el objetivo del Juicio a las Juntas, una forma de engaño para continuar lo que los milicos ya no podían hacer

21 de noviembre de 2022

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