Consejo del Salario y movilización de la Unidad Piquetera

Escribe El Be

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Ningún medio se vio sorprendido por el hecho de que el Consejo del Salario haya definido un aumento del sueldo mínimo por debajo del índice del aumento de precios. Es la tercera vez que este consejo se reúne en el año y, al igual que las veces anteriores, el salario mínimo perdió con la inflación. El 20 % de aumento en cuatro cuotas dejará el Salario Mínimo Vital y Móvil (SMVM) en $69.500 para marzo del año que viene, cuando la canasta familiar supera hoy los $290.000 y el sueldo para no ser pobre se ubica en los $140.000. En abril del 2023 el consejo volverá a reunirse.

Héctor Daer, de la CGT, explicó a los medios que el objetivo de este nuevo aumento es “que la inflación baje”; con esas palabras, Daer deja en claro que hace responsable de la inflación a los salarios, ocultando que es el gobierno quien lleva adelante una política completamente inflacionaria. Se trata de un apoyo político al 'plan Massa', que licua los salarios, jubilaciones y gastos sociales mediante la inflación.

El líder cegetista aseguró que “nosotros no queremos poner [para los salarios] valores nominales inflacionarios que después perjudiquen los procesos a la baja de los precios”. La burocracia ha entregado el salario en medio de una escalada inflacionaria que amenaza con convertirse en hiperinflación. La CTA también ha puesto las huellas digitales en este acuerdo antisalarial. El único voto en contra, repitiendo la reunión anterior, fue el de 'Cachorro' Godoy, de ATE, a pesar de que él mismo firmó una paritaria a la baja en su propio gremio. Toda la burocracia sindical está comprometida con el ajuste del gobierno. Ante semejante caída de los salarios, el gobierno discute con la burocracia la posibilidad de un bono de fin de año.

La Unidad Piquetera y los legisladores del FIT-U se movilizaron al Consejo del Salario para reclamar un salario mínimo igual a la canasta de la línea de pobreza, en $140.000. La movilización culminó con un acto en la puerta del Ministerio de Trabajo, donde hablaron distintos dirigentes. A diferencia de la reunión del Consejo del Salario de hace tres meses, donde la Unidad Piquetera llevó una carta a la CGT que planteaba “queremos hacerles llegar nuestro planteo de que las centrales obreras levanten un salario mínimo de $110.000 (…) y volver a insistir con la necesidad de un plan de lucha por un salario igual a la canasta familiar”, esta vez Belliboni del Polo Obrero oficial sostuvo que “la burocracia de la CGT no puede representar a los trabajadores”. Belliboni también mencionó las declaraciones de Daer acerca de que “no están dadas las condiciones para llamar a un paro general” y reprochó que “hace cinco años que no están dadas las condiciones para un paro según la CGT, inclusive bajo el gobierno de Macri no hacía paros”.

Alejandro Crespo tomó la palabra para declarar su apoyo a la movilización de las organizaciones de desocupados. En representación de la lucha de la salud habló Guillermo Pacagnini, del MST en CICOP. Pacganini llamó a fortalecer y ampliar el Plenario del Sindicalismo Combativo (la rama sindical del FIT-U que se encuentra disuelta) y destacó que “necesitamos empezar a ponernos de acuerdo en cómo hacemos para que las luchas se ganen, cómo hacemos para no 'pisarnos el poncho', las peleas, para tirar todos del mismo carro”. El orador de Barrios de Pie-Libres del Sur destacó: “nosotros somos los que hemos conseguido el aumento del salario mínimo vital y móvil en ocasiones anteriores” y que “estamos acá para decirle a este gobierno: basta de pensar en 2023, basta de rosquear, basta de pelearse Cristina con Pérsico, es el momento de resolver la situación que tenemos ahora en el país”.

El SMVM fija la referencia para el monto de los planes sociales (la mitad del salario mínimo) y para jubilaciones (que recibirán un 'plus' de $677, $3.526 y $5.425, en diciembre, enero y febrero, respectivamente). El Consejo del Salario dejó en claro que el gobierno se juega a fondo con la degradación del salario mediante la escalada inflacionaria. Las luchas obreras de la última etapa demostraron que la huelga general está planteada como única herramienta para quebrar esta política oficial. Debemos extender este método y abrir deliberaciones en el movimiento obrero y piquetero para enfrentar el ajuste con una política de conjunto.

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