Crisis en UATRE: radiografía de la descomposición de la burocracia sindical

Escribe Pablo Busch

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"Un crimen, una caja millonaria y una elección en vilo: UATRE en estado de ebullición". El título del periódico Línea Sindical refleja la crisis alrededor de uno de los sindicatos más grandes del país, sacudido por el asesinato de Mauricio Cordara, chofer de Pablo Ansaloni, vicepresidente de la obra social del sindicato. El homicidio, ocurrido en Colón, Entre Ríos, se produjo mientras que el Kicillof participaba de un acto de Uatre con José Voytenco, secretario general de UATRE, sospechado de estar detrás del crimen.

La Justicia Federal allanó el edificio de UATRE de la calle Reconquista, en la búsqueda de pruebas relativas al asesinato, que todos vinculan a la interna de la UATRE. Ansaloni, presunto objetivo del crimen, enfrentará a Voytenco en las elecciones del próximo 21 de diciembre.

Voytenco llegó a la Secretaría General de UATRE luego de la muerte del sucesor de “Momo” Venegas, Ramón Ayala, a raíz del covid en octubre de 2020. Venegas asoció la política del sindicato rural a la patronal de la Mesa de Enlace durante su conducción. Voytenco tiene mandato hasta 2023, mientras que Ansaloni se quedó con el control de la caja de Osprera. El sector de Voytenco denuncia que Ansaloni usa la caja de la Obra Social para hacer su campaña electoral: administra $2.800 millones mensuales. En febrero de ese año, Voytenco presentó una denuncia penal contra Ansaloni y otros tres ex miembros del Consejo Directivo de Osprera por “estafa y asociación ilícita”, acusándolos de haber realizado “un festival de viáticos, por sumas millonarias, que se autorizaban a sí mismos”. Al mismo tiempo, se rumorea que Ansaloni respondería con una denuncia por desfalco contra Voytenco.

La crisis de UATRE se produce de espaldas a los 560 mil trabajadores afiliados de todo el país. El sueldo básico de un peón rural se ubica en $98.914,95. En diciembre será de $107.591,70. A la vez, en los establecimientos rurales proliferan el trabajo en negro y el trabajo infantil, también las contratistas y subcontratistas de las mismas empresas, por lo cual se pagan incluso salarios muy inferiores a esa cifra.

La crisis de UATRE son una manifestación aguda de descomposición de la burocracia de los sindicatos. Los trabajadores rurales tienen por delante el desafío de tomar en sus manos la defensa de los salarios y de recuperar UATRE, expulsando de su seno a esta burocracia criminal.

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