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Una trabajadora del supermercado mayorista Makro, una multinacional con sede en Holanda, fue despedida según la empresa por una “política de reducción de personal” (https://bahia.mitelefe.com/mas-noticias/protestan-por-un-despido-en-un-supermercado-mayorista/). La compañera, que posee 9 años de antigüedad, denuncia que el despido fue impulsado por sus supervisores y como represalia por una licencia médica que debió tomar por problemas de salud.
El Sindicato de Comercio de la ciudad inició manifestaciones en puerta y dentro del supermercado desde la semana pasada, pero la patronal mantuvo su postura. El martes 29 convocó a un paro general del supermercado. Ante esto, el Ministerio de Trabajo decretó la conciliación obligatoria por 15 días, con la reincorporación de la compañera y una mediación intermedia.
Hace poco tiempo, un despido en otro supermercado de la ciudad (Easy) -a raíz de la afiliación al sindicato del compañero- también generó protestas del sindicato y luego una conciliación obligatoria, pero que no fue acatada por la empresa que no reincorporó al compañero y luego ejecutó por acuerdo la desvinculación. El objetivo de la conciliación por parte del Estado es clausurar la protesta obrera y favorecer a las patronales para una salida ‘negociada’ que mayormente parte de dar el despido por consumado e innegociable. Para un trabajador, un acuerdo para aceptar el cese laboral es simplemente una extorsión y no constituye salida ante el escenario hiperinflacionario y de crisis que afrontamos. La compañera despedida es sostén de familia. Las patronales de los supermercados están avanzando contra los trabajadores y sus derechos laborales y sindicales.
Para frenar este despido y los próximos que vendrán es necesario que los trabajadores de comercio demos una respuesta de conjunto. Por asambleas en todos los supermercados de la ciudad para resolver una lucha y un paro total para lograr la reincorporación de la compañera.
