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El pasado martes 29 se realizaron las elecciones de Secretariado Ejecutivo del sindicato del subte Agtsyp. Del padrón de 2144 afiliados cotizantes votaron 1282, un 60%. La lista oficialista Roja-Negra de Pianelli-Segovia obtuvo 749 votos (59%); la oposición Multicolor, integrada por las agrupaciones de izquierda del gremio, incluida la lista granate de ATM-Política Obrera, recibió 520 votos (41%).
En la elección votaron casi 400 trabajadores menos que en 2018. Pero la casi totalidad de ese retroceso correspondió a la lista oficialista, que perdió 370 votos respecto de la pasada elección.. La elección del martes, por lo tanto, mostró un gran retroceso del oficialismo kirchnerista del gremio. La Multicolor hizo una gran elección relativa. Los votos que perdió el oficialismo corresponden a compañeros que no fueron a votar o, directamente, se desafiliaron de la AGTSYP.
El oficialismo fue derrotado en las líneas B, donde la Multicolor tiene el mayor protagonismo, pero también en la C. Las líneas donde más cae la lista oficial coinciden con aquellas que tuvieron los mayores conflictos por la cuestión del asbesto, incluyendo severos enfrentamientos con la directiva del sindicato. Así ocurrió con la negativa de los compañeros de tráfico H al traslado de afectados de la B, el rechazo de los vagones Nagoya 5000 en línea C y la defensa de la retención de tareas en los talleres de la B.
La jornada de votación estuvo cruzada por un paro organizado por la UTA en la línea B, contra la presencia de un supervisor que agredió a uno de sus delegados. El paro obstaculizó la votación del turno mañana. Los trabajadores del taller Rancagua se movilizaron en autos hasta la cabecera para poder votar. De todos modos, la línea registró una caída en la votación del 32%, que no se puede atribuir solamente al paro sorpresivo. El cuerpo de delegados de la B soporta el desgaste de la lucha faccional al interior del FITU.
Con el lema “Tenemos historia, tenemos futuro”, el kirchnerismo intentó evocar los orígenes del sindicato, largamente desconocidos por la actual dirección. Más adecuado habría sido que dijeran “fuimos parte de una historia a la cual ahora damos la espalda y carecemos de futuro porque somos parte del gobierno fondomonetarista”. En el último tramo de la campaña, la Roja-Negra lanzó un plan de paros votado en el cuerpo de delegados, por el doble franco, el cambio de flota libre de asbesto y la incorporación de personal. Era una reacción tardía y cosmética al retroceso salarial y laboral operado en los últimos años, donde los compañeros se ven empujados a las horas extras o a aceptar ascensos a categorías polifuncionales para defender su salario. El plan de paros aislados, por semana y por línea, delata la intención de marcar el paso en el lugar. Pero a Pianelli-Segovia no le alcanzó para evitar el retroceso electoral. La Roja-Negra llegó a los comicios en medio de fuertes divisiones internas, que expresan las conocidas fracturas del gobierno pero que son, fundamentalmente, un resultado de la parálisis del sindicato.
En estos años, las agrupaciones del FitU no se ha delimitado como una oposición real al pianellismo. En materia de peleas faccionales, hay que decir que costó que llegaran a una lista unitaria y que, a 20 días de las elecciones del sindicato, el PTS y el PO (oficial) presentaron listas separadas para la elección de la CTA. Aunque en la campaña electoral, el frente multicolor tuvo más presencia en las recorridas que la lista oficial, los integrantes del FitU no denunciaron, como sí lo hizo nuestra agrupación, al “plan de lucha” del pianelo-segovismo como una maniobra electoral. Así, marcharon detrás de la directiva en las semanas previas a la votación. El reclamo de las agrupaciones de FitU de que las conducciones de los sindicatos se pongan a la cabeza del plan de lucha, condicionó la caracterización de este plan de lucha. La votación alcanzada por la Multicolor le otorga tres vocales como Minoría de la directiva y dos revisores de cuentas. ATM-Política Obrera tendrá un representante en la Directiva.
Durante la campaña electoral, recogimos en las líneas el reguero de reivindicaciones y reclamos que conocemos. Tomamos contacto, de ese modo, con una nueva generación de compañeros con enormes inquietudes de lucha. Los trabajadores del subte estamos en camino hacia luchas realmente tales, consecuentes y activas.
No van a faltar quienes presenten el retroceso de la votación como un repliegue de los trabajadores o del propio sindicato. No, quien ha retrocedido brutalmente es la conducción kirchnerista. El porvenir de la AGTSYP depende, más que nunca, de su recuperación de manos de los agentes del gobierno. Con esa convicción, hay que convocar a las líneas y talleres a discutir y resolver una verdadera lucha por las urgentes reivindicaciones planteadas.