Ganancias 2023: pagan más un mayor número de trabajadores

Escribe Pablo Busch

El proyecto de Palazzo.

Tiempo de lectura: 3 minutos

El piso para pagar el impuesto a las Ganancias subirá, en enero de 2023, a 404 mil pesos brutos, mientras que el mínimo no imponible ascenderá a 201.520 pesos. Estas subas son calculadas en base al índice de subas oficiales de incrementos salariales -RIPTE- y no según el índice de la inflación. Entre una y otra hay una diferencia negativa de once puntos. Esto significa que un número mayor de trabajadores quedará encuadrado en el impuesto y que lo mismo ocurrirá con quienes quedan arriba del mínimo no imponible. La suba de la carga impositiva se da en el marco de una pérdida de salario real: aun perdiendo salario, más trabajadores pagarán impuesto a las Ganancias. Si las subas de los salarios recuperan, en las revisiones de enero y febrero, algo de lo perdido frente a la inflación, el impuesto a las Ganancias alcanzará a un mayor número de trabajadores.

El "piso" del impuesto a las Ganancias había comenzado 2022 en 225.937 pesos. El gobierno lo tuvo que llevar a 330 mil pesos brutos debido al desfasaje que produjo la inflación, sin llegar a compensarlo. La suba del piso a 404 mil pesos representa, respecto del piso de noviembre, un incremento del 22 por ciento. La suba del mínimo no imponible, también por el índice salarial, lo deja exactamente en la mitad del piso de 404 mil, lo que significa que aquellos trabajadores que superen el piso pagarán Ganancias sobre la mitad de su salario, que es la diferencia entre el piso de Ganancias y el mínimo no imponible, menos las deducciones.

La suba de Ganancias es alentada por la política inflacionaria de Massa y Cristina; representa un enorme crecimiento de la recaudación fiscal: 128,5% en el último trimestre. El IVA, otro impuesto al salario, tuvo un crecimiento real del 11%. "Los impuestos que otorgan progresividad al sistema -léase ´impuesto a las Ganancias´- registraron, en conjunto, un incremento de 115,3% interanual", destacaron desde el Palacio de Hacienda. El impuesto a los ingresos es considerado ‘progresista’ por políticos y tributaristas, sin considerar que parten de gravar salarios inferiores a la canasta familiar, o la igualan, en el caso de los obreros especializados. El tope del impuesto a los ingresos, o sea el que pagan los más ricos, no supera el 25%, cuando se consideran todas las deducciones que les son permitidas y la falsificación de las declaraciones que presentan al fisco.

El proyecto Palazzo

El dirigente sindical de los bancarios patrocina un proyecto de ley que apunta a subir un 100% el piso de ingreso del Impuesto a las Ganancias, de 330 mil a 660 mil, en lugar de los 404 mil que proyecta el gobierno, acompañado de varias exenciones. Ha reunido el apoyo de más de 50 sindicatos. Sin embargo, es claro que ni los diputados del Frente de Todos ni de Juntos por el Cambio lo votarán, después de haber aprobado un presupuesto de ajuste furioso. El gobierno tampoco tiene los votos necesarios. Si estuviera realmente interesado en llevar el piso a 660 mil, Palazzo debería lanzar un paro de advertencia seguido de una huelga general.

Es claro entonces que el proyecto de Palazzo y el Frente Sindical tiene un carácter testimonial. Los activistas bancarios deberían aprovechar el proyecto para llamar a una autoconvocatoria del conjunto del sindicato y del resto de los sindicatos.

Palazzo propone un ´alivio´ a la carga del impuesto, en lugar de reclamar su derogación para todos aquellos trabajadores en relación de dependencia, encuadrados en un convenio laboral. El impuesto a las Ganancias o a los ingresos borra la diferencia sustancial entre el salario, de un lado, y las ganancias, intereses, dividendos, del otro, o sea entre explotadores y explotados. Es lo que ocurre también con los impuestos al consumo. Un gobierno de trabajadores financiaría los gastos públicos mediante impuestos a los beneficios capitalistas. Un fondo único, que reúna los ingresos de las empresas del Estado y nacionalizadas, sumado a aquellos ingresos, financiaría la inversión pública, en base a una planificación democrática.

El pago del impuesto a las Ganancias condiciona la discusión salarial en una porción cada vez mayor de la clase obrera. Los aumentos de salario, sin la eliminación definitiva del pago del Impuesto para la cuarta categoría, no tendrán un impacto real en los bolsillos de los trabajadores. La lucha por la eliminación del impuesto a las Ganancias a los trabajadores forma parte de la lucha por un salario mínimo igual al costo de la canasta familiar.

Suscribite al canal de WhatsApp de Política Obrera