Qué hay detrás de la empresa estatal de software

Escribe Littio

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En estos días trascendió que el gobierno está avanzando en un proyecto para conformar una empresa estatal de software. Según el ex intendente de Escobar y actual secretario de Economía del Conocimiento, Ariel Sujarchuk, esta empresa permitiría “lograr las condiciones para pagar a los profesionales informáticos los salarios que ellos exigen, para que así no se vayan al sector privado […] (El Estado) no puede competir en su organización actual con los salarios privados (...) "Hoy es casi imposible retener programadores y profesionales IT [por las siglas en inglés de Information Technology, tecnología de la información] en la administración estatal, ya que no se puede pagar los salarios que pretenden sin salirse de las categorías del empleo público, lo que crea problemas con los sindicatos del sector" (iProUP, 1/12).

Los trabajadores IT, altamente calificados, están tomando cada vez más trabajos “fuera de los libros”, como autónomos, para ganar salarios en dólares de empresas en el extranjero. Se estima que son entre 100 y 200 mil programadores en esta situación. Se estima que suman unos 2.2 mil millones de dólares en “exportaciones de conocimiento” que no son reportados en los datos oficiales este año (Bloomberg, 22/4). Este “brain drain” (fuga de cerebros), con la tecnología actual, no necesariamente se tienen que ir del país. Además, empresas tecnológicas argentinas no están registrando todas sus exportaciones de servicios para evitar cambiar dólares por pesos al tipo de cambio oficial.

Ante esta situación es que el gobierno decidió otorgar otra de sus cotizaciones alternativas que pavimentan el camino devaluatorio, el “dólar tech”, pensado para esta industria en función de “revertir esta situación y acelerar la entrada de divisas al Banco Central” (Pagina/12, 13/9). Actualmente, los IT que cobran en dólares los depositan en cuentas en el exterior y se hacen de pesos mediante la triangulación con brokers para obtener un tipo de cambio más beneficioso.

Al FMI le gusta eso

Sujarchuk afirma que "la futura empresa estatal de software tendrá en los estatutos de creación la prohibición de recibir cualquier tipo de subsidio del Tesoro: sólo podrá subsistir al cobrar por los contratos que establezca con ministerios, la ANSeS y otros organismos, que deberá ser a precios iguales o inferiores a los de mercado". Es decir, un compromiso oficial de no subsidiar a este competidor del sector privado, lo cual es una de las preocupaciones principales de la Cámara de Empresas de Software (CESSI). La creación de este “software Factory” nacional tendrá como objetivo "profesionalizar el Estado ante el volumen tecnológico creciente que demanda una atención que hoy brindan prestadores privados, muchas veces mal y subcontratando a pymes a las que pagan mal". Sujarchuk adelanta también que la nueva factoría será una plataforma precarizadora: “la nueva empresa contratará personal por proyecto y no necesitará incorporar personas en forma innecesaria a su plantilla". "Algunas veces, los proyectos podrán estar a cargo de Pymes, otras de monotributistas y también habrá una cantidad mínima de empleados fijos para tareas de más largo aliento".

Como el largo o corto aliento son relativos, la empresa estatal terminará haciendo lo mismo que hacen las grandes: la tercerizarán la mayoría de los proyectos en pymes que subcontratan, a su vez, trabajadores por proyecto.

Precariedad laboral

Los profesionales IT no cobran los salarios que pretenden en el sector privado porque están desorganizados y sin convenio. Cobran lo que pretenden las empresas de la “economía del conocimiento”, que embolsan miles de millones. La mayoría de los salarios altos del sector -en comparación con la mayoría de los trabajadores que ganan una miseria-, se concentran más que nada en los programadores altamente calificados y que tienen personas a cargo (líderes de equipo, ingenieros, analistas, product owners, etc). Estos contratos suelen hacerse en negro o mitad negro mitad blanco, son precarios, no hay ninguna seguridad y pueden cortarse de la noche a la mañana. Pero sobre todo, los programadores argentinos ofrecen la ´ventaja competitiva´ de que son más baratos en comparación a lo que cobra un estadounidense.

Hay un pelotón de informáticos que no están ganando en dólares ni mucho menos, especialmente entre los más jóvenes, como los que el propio proyecto contempla que capacitan desde el programa “Argentina programa”.

Desafíos

En el caso de los trabajadores informáticos de las dependencias públicas, lo “incompatible” con las categorías del empleo público son salarios por debajo de la línea de subsistencia y la destrucción de las condiciones de trabajo y la generalización del monotributo entre los trabajadores del Estado.

Esta empresa estatal tendría como uno de sus propósitos principales separar a los trabajadores IT del resto de la administración pública. Se refiere a que “ganen lo que pretenden” sin siquiera hacer mención a un convenio que regirá para ellos.

Como lo que hay es una necesidad cada vez más fuerte de organización entre los trabajadores de IT, como lo demuestra la tendencia a la sindicalización en las big tech de Silicon Valley contra la amenaza de despidos masivos en la industria.

Los trabajadores IT tenemos que dejar de ir detrás de la zanahoria de los “beneficios” y pelear por un convenio, porque al final de todo este planteo está el garrote de la flexibilidad y la caída de nuestros salarios. Con respecto a los trabajadores IT de las dependencias estatales, es necesario organizar asambleas junto al resto de los estatales para discutir el convenio y la lucha por el salario.

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