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En Casilda, ciudad del sur santafesino, la construcción de la sede de los tribunales locales trajo un gran repudio popular debido a que será emplazada en el Parque Sarmiento, el mayor y único pulmón verde de la localidad, por donde, además, cruza el arroyo Candelaria. Visto desde un punto de vista geológico, debido a su cercanía al arroyo, es una zona inundable y, por otro lado, esta zona es definida como ecosistema de humedal por la ley provincial de áreas naturales protegidas.
La controversia se agudizó, en julio último, cuando se adjudicaron los trabajos. El proyecto lleva 15 años. Durante ese lapso, sumó reiteradas objeciones y fue frenado por amparos legales. Los vecinos recolectaron 3.500 firmas contra el emplazamiento.
Con las primeras señalizaciones del inicio de la obra, comenzó la movilización de los vecinos. Se dirigieron a la Municipalidad y a la casa del senador peronista Eduardo Rosconi, autor del polémico proyecto. Otros se apostaron impidiendo el ingreso de las máquinas para que no puedan comenzar con los trabajos. Esta situación hizo que la empresa constructora radicara una denuncia contra quienes estaban en el piquete para que desalojarfan el parque, en un plazo de 24 horas, de forma ´voluntaria´. Veinticuatro horas después, tras la negativa de los activistas a abandonar el lugar, la policía los desalojó violentamente, como se puede ver en los videos compartidos por la “Asamblea de Casilda” en las redes sociales. Hubo siete detenidos.
A meses de las elecciones en la Provincia de Santa Fe, la construcción del inmueble, promocionada como la obra más ambiciosa en la historia de la ciudad, es una acción de campaña electoral dirigida a la ´patria contratista´ e inmobiliaria.
El gobernador Perotti se reunió, la semana pasada, con Alberto Fernández. Uno de los temas de la agenda era justamente la “preocupación” por la sequía, debido a las altísimas temperaturas que azotan a la provincia, que podrían amenazar la cosecha venidera. Sin embargo, Perotti asiste incólumne a las quemas en los humedales. Sobre este proyecto de un senador aliado, que implica destruir un humedal como ocurre en este caso, no ha dicho tampoco una palabra.
