Fin de año del movimiento piquetero

Escribe El Be

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Las 20.000 bajas en el Potenciar Trabajo, el retaceo en la entrega de mercadería y navideños, el incumplimiento de los compromisos asumidos con las organizaciones de desocupados y el ajuste aplicado al bono de fin de año significaron una escalada en el ajuste del plan Massa-FMI al movimiento de desocupados. El plato fuerte (la baja de 300.000 Potenciar Trabajo) quedó pospuesto para febrero del 2023. Este avance del ajuste de fin de año despertó diversas reacciones en el movimiento piquetero.

Uno de los primeros en poner el grito en el cielo por el recorte de los Potenciar Trabajo y por el bono de miseria fue la UTEP, es decir, las organizaciones cuyos dirigentes integran la lista del gobierno y fungen como funcionarios del Ministerio de Desarrollo Social. Los voceros de la UTEP anunciaron con bombos y platillos un “plan de lucha”, con cortes, movilizaciones y acampes. La Unidad Piquetera, que nuclea a las organizaciones que no integran el gobierno (Barrios de Pie, Polo Obrero oficial, MST, etcétera) se apresuraron en convocarlos a acciones en común.

La UTEP convocó “asambleas” en todo el país. En la subida al Puente Pueyrredón, en Avellaneda, reunieron una delegación de 5.000 personas y protagonizaron un forcejeo con efectivos de gendarmería. El “plan de lucha” escalonado seguiría con acciones en las puertas de los hipermercados y, luego, cortes de rutas en todo el país. Por último, culminaría con un acampe frente al Ministerio de Desarrollo Social durante las fiestas. Desde Política Obrera habíamos denunciado el carácter distraccionista del “plan de lucha” de la UTEP y que su objetivo era llegar a un inmediato acuerdo dentro del gobierno por el manejo de recursos. Finalmente, nada de lo anunciado por la UTEP se llevó a cabo; ni siquiera las acciones en los hipermercados, que fueron suspendidas por los festejos de la conquista de la Copa del Mundo.

Sin necesidad de cortar siquiera un pasaje, los dirigentes de la UTEP firmaron un acuerdo con la ministra de Desarrollo Social, Victoria Tolosa Paz. El acuerdo apunta a “fortalecer las ramas productivas de la economía popular”, es decir, el Estado va a desembolsar dinero para sostener a las cooperativas y 'microemprendimientos' de las organizaciones oficialistas, que abarcan a decenas de miles de trabajadores precarizados en todo el país. Según Página/12, el acuerdo firmado implica el “pago de lo comprometido en 2022 para la realización de proyectos productivos”, “entrega para la confección de guardapolvos y otras confecciones de compre estatal”, “compre estatal mensual de frutas y verduras a cooperativas”, “convenios para las cooperativas de construcción” y el pago de un nuevo bono de miseria en marzo, entre otros ítems. La moneda de cambio de este acuerdo, para el gobierno, es la garantía de la “paz social” de fin de año. Para el día de hoy, el gobierno tiene prevista una reunión con la Unidad Piquetera para buscar un acuerdo similar.

Algunas organizaciones de la UTEP, de todas maneras, sostuvieron acciones en las puertas de los hipermercados, denunciando “la responsabilidad de los formadores de precios” y reclamando la entrega de mercadería. Lo mismo realizaron organizaciones que integran la Unidad Piquetera, como Barrios de Pie. Estas acciones desvían la responsabilidad del gobierno, tanto en materia de retaceo con la mercadería como en su política inflacionaria para deprimir salarios, asistencia social y jubilaciones. Es una política contraria a las tareas planteadas para el movimiento de desocupados, es decir, apuntar los cañones contra el gobierno y, en ese camino, ayudar en la comprensión política del papel del Estado.

La Unidad Piquetera, por su parte, realizó un acampe nacional el pasado jueves. La medida se convocó para el mismo día que habían convocado salir con cortes las organizaciones oficialistas. Pero estas últimas, como se dijo, no aparecieron en las calles. Dirigentes del Polo Obrero oficial incluso se mostraron entusiastas con una visita que Juan Grabois, líder de la UTEP, había prometido a los acampantes. La promesa no se cumplió (en este momento Grabois se encuentra realizando acciones mediáticas en Lago Escondido, en el sur del país).

Durante la realización del acampe, las organizaciones de la Unidad Piquetera anunciaron a los medios sus intenciones de permanecer acampando “por tiempo indefinido”. La medida se levantó esa misma noche, luego de una reunión con el Ministerio de Desarrollo Social, en la que los funcionarios se comprometieron a entregar el cronograma de reparto de mercadería de fin de año.

Sin embargo, las organizaciones de la Unidad Piquetera se encuentran denunciando un nuevo incumplimiento por parte del ministerio en materia de entrega de mercadería y herramientas. Por ese motivo, desde la UP anunciaron que “estamos evaluando” nuevas medidas para esta semana. Mónica Sulle, del MST, explicó que “el miércoles tenemos reunión con la ministra y las medidas de fuerza dependen también de que cumplan con la entrega de navideños, que ya no son navideños, y con los convenios de herramientas. Ya hoy, que era el día, no cumplieron”. Y agregó que “hablaremos de una serie de cuestiones que el Ministerio debe abordar de otro modo: la celeridad en que lleguen herramientas a espacios de trabajo y la regularización de entrega de alimentos. No tendríamos que estar saliendo a la calle para que eso suceda”.

El fin de año encuentra al movimiento piquetero, como ya hemos señalado, en una impasse. Las acciones de lucha arrancan compromisos que el ministerio incumple sistemáticamente, lo cual lleva a nuevas acciones. Es un empantanamiento que implica un desgaste permanente. La Unidad Piquetera no oculta que depositan sus esperanzas para salir de esta impasse en que la crisis del gobierno habilite la posibilidad de una “coordinación de luchas” con las organizaciones oficialistas. Se trata de una vía muerta. Debemos denunciar la estatización de las organizaciones, que representa la antítesis de la emancipación de los trabajadores. La dimensión del ajuste aplicado por el gobierno (sumado el que tiene en carpeta) amerita preparar el terreno para acciones que estén a la altura de derrotar ese ajuste.

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