Escribe Claudia Jati
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Mediante una nueva resolución, el gobierno invalidó la compra de medicamentos con fotos de recetas enviadas por mail o WhatsApp. Anuló la ley sancionada en el 2020 que lo permitía, como parte de las medidas sanitarias preventivas en el marco de la cuarentena contra el Covid 19. Aplicada de forma intempestiva, las quejas por falta de preaviso forzó al Ministerio de Salud a prorrogarla hasta el 28/2.
Como excepción, durante la cuarentena y con el objetivo de disminuir la circulación social, se había autorizado la utilización de las fotos de las recetas para reducir al mínimo la concurrencia a los centros de salud y a las farmacias. Esta medida funcionó parcialmente ya que no se logró evitar la circulación de personas en las farmacias con las recetas en sus celulares. La nueva resolución no anula el uso de recetas digitales o electrónicas, con firma electrónica y/o digital registrada. Las recetas que provienen de plataformas informáticas específicas de obras sociales como las de PAMI siguen siendo válidas.
A diferencia de las anteriores a éstas, las fotos de recetas carecen de medidas de seguridad. Pueden ser fácilmente falsificadas, compartirse entre varias personas, ya que no es necesario que el titular de la receta sea quien efectúe la compra, pueden ser utilizadas en varias farmacias al mismo tiempo, ya que se pueden hacer varias copias de una misma foto, para dar algunos ejemplos. “El procedimiento anterior mediante el cual un paciente podía enviar una foto de la receta, incumplía una serie de leyes, como la Ley de Farmacia, la Ley de Ejercicio profesional, entre otros” afirmó la jefa de gabinete del Ministerio de Salud de nación para explicar la decisión. (Infobae, 30 de diciembre).
Resuelto de forma improvisada no se han prorrogado todas las recetas sino solo las de enfermedades crónicas. No se ha aclarado si corresponden a un listado determinado de patologías, si la misma debía indicar tratamiento prolongado para considerarla dentro de esa excepción, ni qué pasa si el médico omite el diagnóstico o el diagnóstico figuraba como S/M (secreto médico) para saber si era crónico o no, etc. Ante tantas desprolijidades, muchas farmacias decidieron no aceptarlas ya, por temor a que las obras sociales luego no efectúen el pago correspondiente.
A pesar de todas las graves falencias de la resolución 2020 en el marco de la cuarentena, la misma colocaba las normativas en un cuadro de pandemia. Su anulación produce mayor circulación de personas, cuando todavía estamos en pandemia, en medio de una enorme ola de Covid que azota en todo el mundo y que en nuestro país no ha tocado su techo aún. Ningún sector de la oposición ni de la izquierda, que ha defendido la apertura de las medidas, se ha manifestado en contra.
Luego de ver los límites del sistema que se implementó, no se ha hecho nada para idear un método más seguro, a través de un software oficial, y que implique menos circulación de gente. El uso de fotos a través de dispositivos digitales debe ser reemplazado por recetas digitales y/o electrónicas en una plataforma informática general que abarque también recetas que no sean de obra social e incluyan todas, también la de los hospitales públicos.
Este sistema que es más seguro y que va directo desde el prescriptor a la farmacia, y que garantiza un solo uso de cada prescripción ya que queda registrado que el paciente ya realizó la compra, debe instalarse en forma general, no solo por la pandemia, sino también para garantizar una caligrafía 100% clara que ayuda a disminuir errores de dispensación.
La anulación de la resolución es la voluntad del gobierno de limpiar todo vestigio de normativa que mantenga en vigencia la idea de medidas de protección sanitaria. En los hospitales, los elementos de bioseguridad, como el barbijo, son escasos y su uso queda a criterio del trabajador. Pero las nuevas sub variantes de cepa Omicron no son atacadas por la vacuna que sigue aplicando el gobierno nacional y las enfermedades posteriores - Long Covid- de los que se contagiaron crecen.
Está claro: no hay ninguna intención del sistema capitalista de volver a frenar la producción para salvar vidas. Como no piensan frenar la producción, no van a idear ningún plan alternativo para un supuesto nuevo aislamiento. Los intereses de la clase capitalista no son compatibles con el resguardo de la salud de los trabajadores. Es urgente discutir un plan de nuevas medidas sanitarias de cuidado.