Juntos por el Cambio expone las contrarreformas educativas del capital

Escribe Emiliano Fabris

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Según el diario Clarín, en Juntos por el Cambio “Todas las corrientes de la coalición acordaron seis ejes sobre educación que deberá respetar cualquier candidato si llega a la Presidencia” (27/12). El planteo apunta, por supuesto, hacia las elecciones presidenciales y hacia el gran capital y el FMI, que vienen agitando sistemáticamente la necesidad de una ‘reforma educativa’ –en realidad, una verdadera contrarreforma. Lo difundido es un refrito del llamado “Plan Maestro”, impulsado durante el gobierno de Macri, en sus aspectos centrales, combatidos por el movimiento docente y estudiantil.

En cuanto a estos ‘ejes’, Cambiemos afirma que estamos ante “una verdadera tragedia educativa que pone en jaque el derecho a la educación”, de la que se excluyen a pesar de gobernar CABA una década y media y otros distritos. Se señala que “la decisión de cerrar las escuelas durante un año y medio dispuesta por el gobierno nacional no hizo más que visibilizar y agravar la decadencia de la educación argentina”. Larreta fue un abanderado de la “inmunidad de rebaño” del Covid para los niños y jóvenes, exponiéndolos al contagio y a las consecuencias a largo plazo para la salud producto de la infección (Covid largo). El rebrote en curso encuentra a macristas y peronistas en un ´frente único´ contra los aislamientos preventivos ante la circulación del virus.

La hipocresía alcanza su máximo nivel cuando Cambiemos denuncia un “financiamiento educativo escaso, inflexible y discontinuo”, mientras vienen de votar con el peronismo un ajuste brutal, de al menos 15%, en las partidas para Educación del Presupuesto 2023, según las exigencias impuestas por el FMI para el pago de la deuda. Todo esto convierte en una simple estafa planteos como “ampliar la cobertura del nivel inicial para chicos de hogares más vulnerables” o un “plan nacional de alfabetización”. Juntos por el Cambio representa, en realidad, el sector más determinado en avanzar con la mercantilización de la educación pública –Macri viene de regalar pasajes a Qatar a miembros de escuelas privadas regenteadas por quienes fueron funcionarios del macrismo y feroces promotores del levantamiento del aislamiento en las escuelas.

Pero no todo es mentira, porque los ajustadores seriales de la educación quieren que “la parte de Nación que va a las provincias en programas nacionales (por ejemplo, Conectar Igualdad) estén supeditadas al cumplimiento de determinados indicadores previamente establecidos”. Bajo términos pomposos se propone una extorsión presupuestaria especialmente contra los trabajadores de la educación.

La docencia y sus derechos son el blanco de ataque predilecto de este documento que plantea “Evaluar y acreditar los institutos donde se forman los docentes, evaluar también a los maestros en ejercicio, desarrollar un registro nacional de docentes con su historia profesional y su desempeño”. Esto es lo que intentó implementar el macrismo en su extinto “Plan Maestro”, estableciendo un “ranking de escuelas” en función de los resultados de evaluaciones estandarizadas. Para ello sumó a su gobierno a empresarios del rubro, como el inefable Sánchez Zinny, que se dedican a vender y ejecutar estas pruebas, que docentes y estudiantes boicotearon masivamente. Es por ello que Clarín informa de una ‘divergencia’ en Cambiemos sobre su implementación. Pichetto, por ejemplo, propone cerrar más de 1.000 Institutos de Formación Docente, mientras que los radicales promoverían una ‘readecuación’ de la oferta formativa. Kicillof, por lo pronto, se ha adelantado con el desmantelamiento de la Formación Básica en Artística (FOBA) para los terciarios artísticos de Buenos Aires.

El salario docente, con básicos de pobreza y plagado de cifras en negro, no tiene absolutamente ninguna mención, ni tampoco las desgastantes jornadas laborales, el desguace de las obras sociales docentes e incluso el ataque al régimen jubilatorio, por si quedaban dudas del carácter antidocente de la coalición cambiemista. En CABA se desarrolla un laboratorio de las contrarreformas educativas al servicio de las patronales con las llamadas “pasantías” y la disolución del Estatuto Docente.

La cuestión central de toda esta reforma antieducativa es lo referente a la ‘educación y trabajo’ en donde se propone “carreras más cortas y flexibles orientadas a las necesidades del desarrollo socio-productivo de cada región”, “una política federal de formación para la empleabilidad de mediano y largo plazo” y la creación de una institución que “fije los estándares, monitoree las necesidades y evalúe a las ofertas y oferentes en tiempo real”. Todo esto apunta a que los conocimientos deben estar pautados por las grandes patronales ‘regionales’, es decir, formar, según corresponda, para las corporaciones sojeras, mineras, petroleras, la “patria contratista” o de la especulación financiera. Todo esto es un entrenamiento temporal, circunstancial, precarizado de acuerdo a las necesidades del capital y, en definitiva, opuesto a una formación politécnica e integral.

Esta ‘propuesta’ es una nueva advertencia sobre la contrarreforma que el FMI y el gran capital pretenden sobre la educación y que ya se encuentra en marcha impulsada por oficialistas y opositores, bajo el acompañamiento de la burocracia sindical. La docencia en lucha debe sumar a la creciente pelea por defender el salario la discusión de un programa que presente una salida a la crisis educativa bajo la orientación social de los trabajadores.

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