China colapsa

Escribe Javiera Sarraz

Tiempo de lectura: 7 minutos

El desmantelamiento completo de la política de Covid cero en China, reclamado insistentemente por el capital internacional, está provocando una verdadera catástrofe humanitaria en el país asiático.

Entre las medidas del gobierno chino para eliminar protocolos y cuarentenas, se hizo oficial la apertura de las fronteras a extranjeros. También se espera, para fines de mes, una oleada de viajes internos con motivo del Año Nuevo chino. La OMS, que en su momento felicitó al gobierno chino por el levantamiento de las medidas de cuarentena, ha hecho sonar la alarma. Los medios internacionales, que 'denunciaban' las restricciones sanitarias en China, hoy encabezan las denuncias al gobierno de Xi Jinping por ocultar las cifras de muertos que trajo esa apertura.

Los datos del horror

El hecho que mejor refleja la situación china es el colapso de los crematorios. Las morgues y los crematorios están saturados. En Pekin, la lista de espera promedio de los crematorios es de hasta diez días. Estas reciben permanentemente muertos desde los hospitales y, cada vez más, desde las casas particulares. Muchas familias denuncian por redes sociales que los cadáveres en descomposición de sus familiares no están pudiendo ser retirados de las casas. Se han pedido voluntarios para colaborar con el armado de morgues ambulatorias aledañas a los hospitales. Las morgues improvisadas también se están organizando en Pekin.

El Centro de Control y Prevención de Enfermedades de China dejó filtrar a la prensa internacional que sólo en los primeros veinte días de apertura se contagiaron unos 250 millones de personas. En ciudades como Zhejiang se contagian cerca de un millón de personas por día. Todas estas cifras son sólo estimaciones, porque el gobierno de Xi Jinping dio instrucciones a la Comisión Nacional de Salud de dejar de reportar las muertes y llegó a informar apenas unos “60 mil infectados en todo el país”. Según el New York Times, sólo el 20 de diciembre se infectaron 37 millones de chinos.

El Asia Times afirma que el 80 % de los 22 millones de habitantes de Pekin están infectados. En Shangai la cifra llegaría al 75 %. El epidemiólogo y ex jefe científico de los Centros chinos para el control y prevención de enfermedades, Zeng Guang, considera que la cifra actual de infectados ya superó los 250 millones y se encuentra cercana a los 600 millones.

El Time publicó esta semana que entre 5.000 y 9.000 muertos habrá por día en lo que seguirá de enero y que, para finales de mes, podría llegar a los 25.000 muertes por día. (time.com/6242070/covid-china-deaths-eplainer y time.com/6245029/china-covid-information)

Los médicos y enfermeras y los trabajadores de salud en general, pero también los trabajadores estatales, tienen órdenes de trabajar incluso contagiados y con síntomas. Ante la baja de muchos contagiados con síntomas graves, el gobierno ha comenzado a convocar a los jubilados a reforzar los hospitales.

Algunos gobiernos locales han alentado a sus habitantes a completar una encuesta on line para mantener un registro de la tasa de infección territorial. Las cifras son alarmantes. En la ciudad de Sichan, el número de infectados está superando el 80 %. Otra cifra alarmante es que, además de la alta contagiosidad entre ancianos, los niños y bebés son otro sector de la población con alto nivel de contagio.

La llamada tripledemia del hemisferio norte (Covid, gripe e influenza), sin perjuicio de que exista, se ha transformado en una excusa para esconder las cifras reales de los muertos por Covid. Así lo hizo EE. UU. y así lo está comenzando a hacer China, que sella cadáveres bajo motivos de otro carácter sin vincularlos al contagio por Covid.

El colapso del sistema de salud

La situación de los hospitales es catastrófica. Según el Strait Times, en ciudades como Changán, las farmacias ya no cuentan con fármacos paliativos de los síntomas del Covid (como paracetamol, antiinflamatorios o jarabes para la tos). Según la agencia AFP, los contagiados mueren haciendo largas filas para ingresar en los hospitales y las salas de esperas se encuentran abarrotadas con hasta incluso más de 300 personas en su interior, sin respetar ningún tipo de protocolo, como la distancia. Los gimnasios y otros centros deportivos han comenzado a habilitarse como centros de salud ambulatorios. En Hangzhou, el gobierno local está pidiendo conductores voluntarios para acercar a los enfermos críticos que se encuentran en sus casas.

También hay un colapso de la demanda de respiradores domésticos, último recurso de las familias con capacidad de endeudamiento o con dinero.

Las industrias de artefactos médicos están colapsados, pero también han aumentado considerablemente los precios de los ibuprofenos, medidores de saturación de oxigeno y presión. Las farmacias han aumentado los precios de todo lo que tiene que ver con paliativos al Covid.

Las unidades de cuidados intensivos no reciben más pacientes. Han comenzado a rechazar las ambulancias.

Lo peor está por venir

A pesar de esta ola explosiva, el gobierno acaba de habilitar el turismo interno e internacional. Con motivo del Año Nuevo chino, a fines de mes, se pronostica una mayor movilidad de la población. China espera 2.000 millones de viajes con la apertura de sus fronteras. Los protocolos para los viajeros son cero. Nada de PCR negativos ni cuarentenas, puesto que Salud ha levantado el decreto que tipifica al Covid como una enfermedad de tipo A (es decir, altamente infecciosa y peligrosa). Las reservas de viajes en grandes hoteles -como el Phuket, en Hong Kong- elevaron sus cifras en un 250% apenas anunciadas las nulas restricciones de ingreso al país.

Para esas fechas se espera también que grandes masas de obreros industriales regresen a sus hogares en provincias rurales. Con ellos, la pandemia llegaría a los pueblos y campos que no cuentan con infraestructura sanitaria para atender a la población.

Como contrapartida a la apertura, los países europeos están aumentando las restricciones y controles de los viajeros provenientes de China.

Hasta ahora, la subvariante Omicron más letal registrada en China es la BF.7. Sin embargo, el gobierno chino no ha aportado los registros de las secuencias genéticas de las muestras tomadas de pacientes (o sea, no registran las nuevas mutaciones que están surgiendo).

El mismo Tedros Adhanan, quien dirige la OMS y que había felicitado la iniciativa de Xi de levantar la cuarentena, ahora usa al Times para pedir "transparencia en el nivel de enfermos y muertos y protocolos para los extranjeros que viajen a China". También la Unión Europea va a discutir protocolos para los viajeros europeos que regresen de China.

Otro ‘preocupado’ es el secretario de Estado de EE. UU., Antony Blinken, quien en conversación con el ministro de asuntos exteriores de China, Wang Yi, pidió transparencia sobre la cantidad de contagiados y enfermos. Como lo hizo el New York Times, Blinken critica de China lo que llama una apertura brusca, Nike y Apple están reviendo la continuidad de su producción en China.

El colapso económico

La idea de que la apertura china iba a mejorar los números económicos está siendo rotundamente desmentida. La bestial tasa de contagios y muertos está creando numerosos problemas en la industria manufacturera y en la cadena de suministro. Es el caso de los puertos de Shenzhen, donde, paradójicamente, se han levantado todos los protocolos en sus rutas para que los camiones con mercancía lleguen a los barcos lo más rápido posible. Los cuatro días de viaje hasta el puerto respetando aduanas, controles y cuarentenas, ahora toma un día. Sin embargo, producto de los contagios se disparó la ausencia de conductores.

Tesla, Walmart y Apple no consiguen trabajadores en estas condiciones. Tesla suspendió su producción en Shanghai por los problemas de la cadena de suministros. Algunos capitales industriales han amenazado con mudarse a Vietnam, India o Camboya (señalando que en esta última pueden conseguir mano de obra por la mitad de los sueldos que pagan en China).

El desarrollo manufacturero tiene una relación estrecha con el crecimiento, que ya no volverá a llegar a los dos dígitos del PIB. El 5.5 % de crecimiento que se había propuesto Xi Jinping roza la ficción. Se calcula que será cercano apenas al 3 %.

Quienes sí han recibido una satisfacción son los capitales occidentales del petróleo, que podrán exportar combustibles a los puertos chinos. China compraba el 20 % del petróleo mundial. En el caso del gas, la moneda tiene otra cara. Para Europa, un aumento en la demanda por parte de China significaría un aumento en el costo en plena crisis energética en invierno.

Los bancos centrales han anunciado un aumento de algunos tipos de tasas de intereses. El Estado viene rescatando, contradictoriamente, a las industrias golpeadas por la pandemia.

Combatir la catástrofe

La crisis humanitaria de la pandemia no sólo dejará a millones de muertos en China, sino que también, al igual que como pasó en Estados Unidos y en Europa, dejará un a cientos de miles (sino a millones) de trabajadores discapacitados por las secuelas del Covid. En EE. UU. los trabajadores discapacitados, según cifras del gobierno, superan los cuatro millones.

Esta es la continuación de una catástrofe humanitaria que comenzó en 2019 y en que, según la revista Nature, el Covid fue la principal causa de muerte entre los años 2020 y 2021 a nivel mundial (nature.com/articles/s41586-022-05522-2 ). El mismo artículo estima que para el 2023 tomará relevancia la variante VoC, que evade mejor el sistema inmunitario de las personas y causa síntomas más rápidos y graves, y con una transmisión mucho más ‘eficaz’ (nature.com/articles/d41586-022-04476-9 ).

La ‘inmunidad de rebaño’ y el ‘ajuste’ del gasto en salud lleva a una catástrofe social.

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