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Mientras el kirchnerismo se enfrasca en un intento sin futuro de enjuiciar políticamente a la Corte, y mientras el macrismo-radicales se esfuerza por encubrir a sus funcionarios y a jueces, comprometidos en conspiraciones judiciales y extrajudiciales bajo la conducción del grupo Clarín, la máquina del tarifazo se ha puesto a trabajar las 24 horas al día.
El costo de la tarifa de gas subirá un mínimo del 120 % y superará en promedio el 150 %. Para los hogares de menor consumo podría llegar, en el próximo invierno, a 4.000 pesos mensuales.
Este aumento no incluye la distribución ni el transporte, que tendrán sus tarifazos respectivos.
Un sector de los beneficiarios de este tarifazo, Edenor y Edesur, obtendrá una reducción del 60 % de su deuda con el Estado, de 219.600 a 80.210 millones de pesos, que además serán refinanciados a ocho años con tasas de interés subsidiadas. Este regalo enorme explica la suba de las acciones de las gasíferas en la Bolsa, que tanto entusiasma a los especuladores. Se valoriza Edesur, cuyo dueño italiano, Enel, ha anunciado el propósito de ponerla en venta.
La insidia periodística recuerda, día por medio, que los Massa son socios de Edenor, comprada a precio de regalo por Vila y Manzano. Intermediarios financieros, este dúo está buscando venderla a precio superior.
El 25 % de la tarifa del servicio corresponde a impuestos. O sea que más allá de las generadoras, distribuidoras y transportistas, representa una póliza de seguro para los acreedores del Estado. El servicio de gas es premiado también con una indexación mensual de tarifas, como ya se ha decidido para las prepagas, el transporte y otros, como los combustibles.
En estas condiciones, Sergio Massa pretende que las paritarias no superen un tope del 60 % para los aumentos de salarios. La violencia del ‘ajuste’ nacional y popular no tiene precedentes. Es un punto de acuerdo con el FMI, los bancos, los macristas y los radicales.
Esta andanada de golpes contra los trabajadores no ha sacado al gobierno de la tenaza de la deuda pública. Por el contrario, aunque se encuentra indexada a inflación o devaluación, sus tenedores se desprenden de ella porque advierten la llegada de un default. Es así que el Banco Central, Anses y Banco Nación acumulan la mayor parte de estos papeles, que compraron con mayor emisión de moneda.
La deuda pública, en dólares y pesos, tanto de Nación como de provincias y municipios, de empresas estatales y privadas ha tetanizado al Estado y a toda la estructura económica y social de Argentina. Los tarifazos que abruman al pueblo no resuelven ninguno de los problemas planteados.
Los tarifazos indexados plantean una lucha decisiva. Anular esos tarifazos y abrir las cuentas de las empresas. Organizar una huelga general por un salario mínimo igual al costo de la canasta familiar, por una jornada de ocho horas diarias y cuarenta semanales. Es el camino que han emprendido los trabajadores de la salud y los portuarios, y que ha abierto nuevas perspectivas.