La detención de "Chapito" Guzmán y el narcoestado

Escribe Iñaki Aldasoro

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El 5 de enero, en la región de Culiacán, México, tuvo lugar la detención de Ovidio Guzmán, hijo del poderoso narco “Chapo” Guzmán. El operativo culminó en un feroz enfrentamiento que dejo 29 muertos. Guzmán Jr. fue capturado en un operativo conjunto del Ejército y la Guardia Nacional que involucró a casi un millar de hombres, incluyendo equipos de élite, carros blindados y helicópteros UH-60 Black Hawk.

Luego de la detención de Ovidio, el Cartel procedió a bloquear todos los accesos a la ciudad con piquetes de autos incendiados y produjo una balacera en el aeropuerto, cuando intentó ‘voltear’ a tiros el avión que se trasladaba detenido a Guzmán Jr. a la ciudad de México, al mismo penal donde estuvo detenido su padre, el Chapo, en 2015 y logró fugarse. El Chapo Guzmán finalmente fue recapturado y extraditado a EEUU, donde cumple una condena de prisión de por vida.

Ovidio Guzmán López es uno de los 18 hijos que tiene el Chapo, pero dentro del Cartel no es el más poderoso, sino su medio hermano, Iván Archivaldo Guzmán Salazar. En 2019, logró liberar a Ovidio mediante una acción espectacular que se conoció como el ‘Culiacanazo’.

Esta nueva detención de Ovidio se produce días antes de que Biden visitara México, en el marco de la Cumbre de los Líderes de América del Norte. Ovidio y su Cartel son el principal traficante de fentanilo a EEUU, una droga sintética 50 veces más poderosa que la heroina y que esta produciendo estragos, con miles de muertes por sobredosis.

La prensa especuló con que la extradición de Chapo Guzmán ponía fin a una época de violencia. La realidad ha sido muy distinta, con la proliferación de nuevos carteles y la diversificación de los mismos.

La detención de los ‘capos’ de los carteles no eliminan toda la estructura criminal sino que promueve nuevos ascensos y nuevas disputas por el territorio con otros carteles. Es lo que ha ocurrido siempre y ahora se repite luego de la detención del Chapo: hay disputas en varias ciudades de México y EEUU entre diversos carteles por el control del territorio.

Narcoestado

A "Chapito" se le dictó prisión preventiva, mientras se sustancia el pedido de extradición por parte de EE.UU. Rápidamente un juez hizo lugar a un amparo doble para evitar la extradición express y que quede incomunicado.

Según un artículo de Alejandro Hope publicado en Infobae (9/1), la justicia no ha construido ninguna investigación seria para mantener detenido a Ovidio Guzmán. Destaca que hubo un gran despliegue policial militar, pero que no un plan para desarmar la estructura narco. El secretario de la gobernación de México, Adán Augusto López, declaró que a Ovidio se lo detuvo “en flagrancia por varios delitos como posesión de armas, tentativa de homicidio y otras causas que no podría compartir mayor información”. El blindaje politico-judicial sobre los narcos demuestra el entrelazamiento del poder político con el crimen organizado.

El ‘combate al narcotrafico’ se ha revelado como una excusa para reforzar los presupuestos militares, el manejo discrecional de los mismos y darle mayor poder al Estado en el control y represión del pueblo trabajador.

El narco en Mexico se ha convertido en mucho más que simplemente tráfico de drogas: interviene en la trata de personas, crímenes por encargo, el control del flujo migratorio en las zonas que dominan, el blanqueo de capitales a través del cual sostiene una parte de la población que ha quedado fuera del circuito productivo, etc. Las operaciones militares en Colombia y las de la DEA no han disminuido la producción de drogas. Han sido el ariete para una avanzada de intervención política en la región, mientras han terminado cobijando los negocios de los carteles.

Desde ya este no es un fenómeno exclusivamente mexicano sino que recorre a todos los Estados y sus propios organismos. El principal ´combatiente´ contra el narcotrafico, EEUU, es el principal importador de drogas.

La violencia de la banda de los ‘monos’ en Rosario o el flujo narco en el norte salteño son también ejemplos de la penetracion del narcotrafico en el Estado. En un reciente articulo (La Nación, 5/1), Carlos Pagni expone vínculos del narco con el gobernador de Santiago del Estero, provincia que sería el eje del narcotrafico en Argentina; y recuerda la denuncia de Arroyo Salgado al Fiscal Scapolan por el liderazgo de una banda de policías narcos y la protección que recibió por parte del entorno de Cristian Ritondo, solo por nombrar dos ejemplos. Los carpetazos y filtraciones han llevado a la luz los vínculos del narco con la politica patronal, su amparo y su financiamiento.

Una salida a esta masacre social

Hoy el narco se ha convertido en una de las patas del régimen político y social en este cuadro de descomposición. Es el narcotrafico una de las actividades “económicas” que ha sostenido y ha salido al rescate de los bancos luego de la crisis financiera de 2008. Los bancos se han logrado sostener por el ingreso de liquidez de actividades ilegales como el narcotrafico.

El vinculo del narco con el Estado, banqueros y empresarios demuestra el grado de fusión de este tipo de organización al aparato del estado burgués y el cuadro en descomposición plantea la reorganización social sobre nuevas bases para defender la vida de los trabajadores, las verdaderas víctimas de todo esto.

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