La burocracia peronista proclama la candidatura de Massa

Escribe Comité Editorial

El tope del 60% para las paritarias.

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Sergio Massa acaba de pactar con una decena de grandes sindicatos una paritaria anual del 60%. Agrega una cláusula de “revisión” para el caso de que la inflación supere el porcentaje. Entre las burocracias que adhieren se encuentran la UTA, Bancarios, Textiles, la UOCRA, Comercio, Smata, Sanidad y UPCN. O sea que incluye a burócratas massistas, albertistas y cristinistas. Es un conjunto de sindicatos del sector privado, de un lado, y, en el caso de UPCN, del gremio que marca la referencia de las paritarias estatales en todo el país. Según asegura Infobae, Bancarios ya estaría discutiendo su paritaria sobre esta base.

El acuerdo “del 60%” tiene lugar cuando el gobierno tiene previstos tarifazos del 120 al 150% en el gas para el mes de febrero, y un horizonte indexatorio para todos los servicios públicos y privados en el curso del año. En el plano de los alimentos, los “precios justos” son la pantalla de una remarcación furibunda de los que están fuera de esa lista, como se aprecia en cualquier chino o supermercado.

Esta segmentación de precios fue puesta en práctica con el propósito de “desdoblar” el índice que sigue el Indec. Desde el ministerio de Economía se ha adelantado varias veces la opinión de que el índice corriente no es adecuado para medir la inflación en el consumo. Atando cabos, el 60% que avanza Massa podría ser calzado con un índice fictico que marque precisamente ese porcentaje. En las paritarias se discutiría sobre un índice de ‘precios justos’. Nada que no haya intentado Guillermo Moreno, ni diferente a los diversos índices de precios que se contabiliizan en Estados Unidos.

El acuerdo entre el ministro de Washington y las burocracias que visitan la embajada norteamericana en Buenos Aires contempla partir el 60% en dos tramos de 30 y eventualmente en cuatro de quince. Como la revisión se haría luego de efectivizar la última cuota de este aumento, el salario sufriría una nueva devaluación si, como se prevé, la inflación no baja del 95% que marca en la actualidad. La “revisión” completaría la diferencia en el 60% y el costo de vida real, pero de ningún modo compensaría el poder adquisitivo perdido en el trrayecto.

Massa incita a este acuerdo a sabiendas que la emisión monetaria desde que él llegó a Economía bate récords. De un lado por el pago de los intereses de las Leliq, del otro por la compra incesante de títulos públicos en pesos por parte del Banco Central. Esto ocurre debido a que el Banco compra los bonos del estado de los que se desprenden los acreedores.

A la luz de esto, el acuerdo del 60% busca disfrazar políticamente una fuerte desvalorización de salarios. Massa descuenta una fuerte caída del consumo como consecuencia de la recesión que advierten el Banco Mundial como el Forum Económico Mundial que se reúne en Davos, Suiza. Massa buscará ganar la candidatura del Frente de Todos a Presidente contrariando a los óraculos – o sea con caída de ingresos y recesión en lugar de ascenso económico y equilibrio de las variables estratégicas.

El Observatorio del Derecho Social de la CTA Autónoma, en su informe de octubre pasado, señala “la aceleración de la carrera precios-salarios, … una carrera agotadora y sin ninguna perspectiva de aminorar en el corto plazo”. La burocracia, desde los gordos hasta los kirchneristas aceptan la desindexación de los salarios, mientras el gobierno indexa las tarifas de las prepagas, el transporte, el dólar, la deuda pública y el tipo de cambio, y desdobla el valor del peso según cada rubro de exportación.

De acuerdo al Mirador del Trabajo y la Economía de la Universidad de Rosario, en los últimos siete años cada trabajador perdió en promedio unos tres millones de pesos, equivalentes al 20% de un salario medio. Los nacionales y populares buscan alcanzar un “equilibrio macroeconómico”, mediante un desequilibrio negativo de salarios e ingresos del trabajo. Esta es la plataforma política con la que el peronismo y todas sus corrientes pretenden transitar el “año electoral”.

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