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La patronal, el Estado y la burocracia del SUPA están utilizando todos los recursos a su alcance para tratar de quebrar esta histórica huelga del puerto de Rosario.
Más de 40 días de paro, piquetes y marchas reclamando la reincorporación de cinco compañeros despedidos, en defensa de los salarios y en rechazo a la extensión de la jornada laboral de 6 a 8 horas y a la reforma laboral.
Este lunes 16, en el turno de la mañana, las patronales hicieron que ingresen administrativos, jerárquicos y un grupo de eventuales; en este caso, bajo la amenaza de quedar en forma inmediata sin trabajo. La cuestión decisiva sigue siendo la huelga de los estibadores de planta, que son quienes tienen el manejo de las máquinas. Por eso metieron toda la presión en el horario de ingreso del turno de 12. Cayeron móviles y chatas de la policía, de prefectura y un fiscal.
La concentración de los portuarios fue numerosa junto con sus familias. Se dispusieron en el portón, del lado de adentro y de afuera, haciendo una gran agitación defendiendo la huelga. Nadie trató de ingresar a trabajar. Fue ante este nuevo fracaso que la policía montó una provocación reprimiendo y atropellando con los escudos a los familiares, tirando gases, llevándose a tres compañeros detenidos.
La asamblea que se realizó inmediatamente ratificó la continuidad de la huelga y reclamó la libertad de los tres compañeros.
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