“Sin novedad en el frente” escamotea el camino hacia la paz

Escribe Manuel de Caseros

Tiempo de lectura: 4 minutos

En el marco de la campaña contra la guerra imperialista desarrollada por Política Obrera, se programó la proyección del filme "Sin novedad en el frente" en el local La Casa del Pueblo, en CABA, para el 4 de febrero. Este film está nominado para recibir el premio Oscar a la mejor película extranjera, al igual que "Argentina 1985".

Fui invitado, concurrí y abajo les dejo mis impresiones:

La película "Sin novedad en el frente" estrenada por Netflix es la tercera y última adaptación de la novela homónima del escritor alemán Erich Maria Remarke publicada en 1929, diez años después del término de la Primera Guerra Mundial.

Esta adaptación incluye escenas añadidas por los guionistas, Edward Berger (director), Lesley Paterson y Ian Stokell, que se desarrollan en la sede del alto mando alemán y en el famoso vagón en el que el 11/11/1918 a las 5:00 se firmó el armisticio de Compiegne con el que terminó la Primera Guerra Mundial ese día, a las 11:00 (lapso de seis horas, crucial para el desarrollo del final de la película). Salvo estos agregados, el guión se mantiene más o menos fiel a la novela en la que se inspira, a pesar de los cortes necesarios para reducir razonablemente la duración del filme.

La música de Volker Bertelmann acompaña tétricamente las violentas escenas de las batallas, logrando una ambientación terrorífica acorde al contenido de la trama. No ha elaborado "temas" específicos que acompañen personajes o momentos particulares, como es habitual; acompaña las escenas más sangrientas y explosivas con golpes de timbales, bombo, redoblantes y estridentes sonidos electrónicos, sobre un fondo orquestal de cuerdas.

Varios críticos han alabado este filme, pues se trataría de una visión 'alemana' de algo que ocurrió en Alemania, a diferencia de las versiones anteriores, que fueron producciones de EE.UU. o de una fusión de EE.UU. con UK. Pero tiene las características típicas de producción de la industria cinematográfica norteamericana. Son evidentes los cambios de coloración de las grises escenas de guerra, comparados con la de los ambientes en los que se desarrollan las acciones con burócratas, generales y/o mariscales, coloreadas vivamente.

Los guionistas añadieron un objeto como mudo testigo de la irracional matanza de la guerra: una bufanda blanca poseída por un soldado, recuerdo de su novia, que aún olía como ella. Con la muerte del soldado, otro la toma del cadáver y la usa. Va pasando de cadáver a soldado, hasta que acaba en el cuello del soldado que tiene como tarea reunir las identificaciones de los cadáveres para llevarlas al comando para la confección de la lista de bajas.

El hilo está organizado, tanto en la novela como en este filme, alrededor de las vivencias del joven Paul. Las mismas abarcan desde el entusiasmo inicial que lo lleva a enrolarse como voluntario, pasando por la desilusión al entrar en contacto con la muerte tanto de compañeros como de enemigos. Sobre el final, luego de presenciar la muerte de un entrañable compañero (Kat), recibe junto a miles de soldados la arenga de un general que, en su negación y fanatismo militarista y sabiendo que la paz ya se había firmado, ordena una última ofensiva en su sector del frente occidental. Es durante esas acciones cuando muere Paul, segundos antes de la llegada de las 11:00, la hora pactada para el fin de las hostilidades. Un golpe bajo artístico.

Desde el punto de vista de los contenidos añadidos por los guionistas, es destacable la meticulosidad en evitar que se cuele alguna alusión a las fuerzas sociales que empujaron a la firma de la paz. En "https://es.wikipedia.org/wiki/Levantamiento_marinero_en_Kiel" se puede encontrar una cronología de los acontecimientos que llevaron a la firma de la paz.

Pero en el filme, la paz se exhibe como el resultado de una dura negociación entre generales franceses en avance y políticos alemanes en retroceso y no como el resultado de la acción de los marineros de Kiel, que se negaron a obedecer las órdenes de preparar los buques para un ataque suicida a la Royal Navy. La revuelta de los marineros fue apoyada por los trabajadores de esa ciudad, pronto por la tripulación de los buques a los que se les encargó la represión de la insubordinación y, en días, por el surgimiento de consejos obreros en todas las principales ciudades de Alemania reclamando por la paz. Esas acciones revolucionarias, que derribaron al Káiser, no se reflejaron ni en la novela escrita por un escritor 'apolítico', como se proclamaba Remarke, ni en la película, ¡ni siquiera como un rumor entre la tropa! Quizás los guionistas la insinúan en los dichos del general que reniega de las conversaciones de paz y responsabiliza a los 'socialistas' por el estado de desorden de Alemania en esos días que forzaron al gobierno a negociar; nada más.

El filme oculta la naturaleza de la paz: victoria de los trabajadores alemanes sobre los capitalistas alemanes, muy similar a la paz del frente oriental, conseguida un año antes por la misma ruta: victoria de los trabajadores rusos sobre la decadente burguesía zarista. Toda la película destaca la obediencia ciega de la masa de soldados a las criminales órdenes de sus oficiales, y las desastrosas consecuencias de asesinatos en masa cuando se ordena algún avance, hasta incluso ¡luego de firmada la paz! Pero esta, la paz, el elemento central en la conclusión de la historia exhibida, jamás es presentada como el resultado exitoso de la desobediencia a esas órdenes. Pareciera que la nueva moda occidental de censurar las noticias rusas, que se ha extendido a las imágenes de manifestaciones, ahora abarca ¡incluso a las de hace un siglo atrás!

Pareciera ser esta la característica de las películas candidatas al Oscar de este año: el ocultamiento de la verdadera naturaleza de los procesos políticos que motorizan la realidad contada. La otra candidata, Argentina 1985, pretende que el Poder Judicial argentino sea considerado ‘valiente’ por haber conseguido la condena de algunos de los militares genocidas: otra mentira.

Creo que no puede esperarse otra cosa de las películas extranjeras que posiblemente premiará Hollywood en 2023.

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