Bahía Blanca: los balazos de las barras bravas y la responsabilidad del Estado

Escribe Corresponsal

El fracaso de las “tribunas seguras”.

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El pasado 3 de febrero, a metros de la entrada de la sede principal del histórico club bahiense Villa Mitre y mientras se desarrollaba un partido de básquet, un ataque a balazos contra un grupo de barras terminó con la vida de Gastón Ortega, de 34 años. Su hermano, que se encontraba allí al momento del ataque criminal, recibió un disparo en una de sus piernas. Los atacantes detenidos son miembros de la barra brava de Villa Mitre, como también lo eran los hermanos Ortega.

El fiscal a cargo de la causa es el mismo que llevó adelante la investigación por el crimen del hincha de Olimpo, Emanuel Castillo, también asesinado en cercanías del club Villa Mitre, a principios de 2020 y a pesar de haberse montado un fuerte operativo policial. En aquella ocasión, un grupo numeroso de barras de Olimpo provocó destrozos en locales comerciales de Villa Mitre; en ese contexto se produjo el enfrentamiento con la barra brava del club. Por el crimen del hincha, recientemente se declaró culpable a un integrante de la barra villamitrense, con una pena de 20 años de prisión. Al parecer, este hecho provocó un verdadero cisma en el interior de la barra, agudizando fuertemente una interna. Varios de los nombres que hoy aparecen involucrados en el crimen de Ortega en su momento lo estuvieron en el crimen del hincha de Olimpo.

La escalada violenta en las fracciones de la barra de Villa Mitre sumó varios hechos más: luego de la liberación de uno de los indicados por la reciente muerte, le provocaron destrozos al auto de su ex pareja y el pasado viernes 10 le incendiaron su casa.

Todos se tiran la pelota

A pocas horas del asesinato se desarrolló una conferencia de prensa donde participaron el comisario Aldo Caminada, Gonzalo Bezos de la policía departamental, Federico Montero, delegado del ministro Berni, y el titular de ApreViDe, Eduardo Aparicio. Este último inició la conferencia señalando que “nos une una pérdida humana y nos hicimos presentes porque el ministro Berni nos instruyó para que esto se esclarezca rápidamente”. En otro pasaje de la conferencia aseveró que en octubre de 2022 el organismo presentó una denuncia ante la justicia, debido a la creciente confrontación entre ambos bandos de la barra, pero la justicia la desestimó. Aparicio sentenció que “el club tiene una responsabilidad y una participación importante, sino la responsabilidad siempre recae en nosotros y la policía” (BVCnoticias.com.ar, 04-02-23).

En medios locales se ventiló que la cúpula de la directiva del club de Villa Mitre había minimizado la virulencia de los choques al interior de la barra del club, a pesar de tener conocimiento de que iba a “haber fuego”. Luego del asesinato, emitieron un comunicado desligándose de las barras involucradas en la feroz interna. Para trasladar tranquilidad a la comunidad de Villa Mitre dijeron –insólitamente- que “no son socios del club ni participan de ninguna actividad dentro de nuestra institución”.

Por el contrario, la justicia ha emitido una resolución en la cual suprime la posibilidad de que tres barras de Villa Mitre asistan a actividades del club. Es una especie de medida perimetral, similar a las utilizadas en los casos de violencia de género, es decir que no significa ningún tipo de resguardo para los aficionados que asisten a las diversas actividades deportivas que se desarrollan en el club.

Toda esta barbarie transcurre con la connivencia del Estado (a través del poder político, del judicial y de la policía) y empresarios que se ven beneficiados por los negocios que se desarrollan a la sombra de los espectáculos deportivos, como la venta de entradas, de indumentaria, de comidas y el cuidado de autos. El programa del gobierno nacional “Tribunas Seguras” no significa absolutamente nada en tanto se viola todos los fines de semana. Es sabido que la impunidad del accionar de las barras se debe a los fuertes vínculos que los unen con los empresarios, el gobierno, los jefes policiales, comisarios y con la dirección podrida de los sindicatos. Así se puso de manifiesto en la investigación por el crimen de nuestro compañero Mariano Ferreyra y, años después, la situación continúa.

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