Francia: se debate la huelga general

Escribe Joaquín Antúnez

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La reforma previsional presentada por el gobierno de Macron continúa su trayecto parlamentario. El proyecto busca elevar la edad jubilatoria para 2030 de 62 a 64 años. Es rechazada por el 70% de la población. Durante enero y febrero se han desarrollado diversas huelgas y movilizaciones que han reunido a más de 10 millones de personas, pero las ocho centrales obreras de Francia han buscado aislar toda iniciativa para evitar una crisis política. El mismo camino ha adoptado el NUPES, la coalición izquierdista encabezada por Jean-Luc Melenchon (La Francia Insumisa) que incluye a los partidos Verde, Comunista y Socialista y a los restos del “trotskista” Nuevo Partido Anticapitalista (NPA).

Pantomima parlamentaria

Después de 45 días de “debate” parlamentario, la Asamblea Nacional (diputados) ha pasado el proyecto sin modificaciones directamente al Senado. Macron y sus aliados, los Republicanos, cuentan con la mayoría necesaria para aprobarlo. El gobierno cuenta con un mecanismo constitucional por el cual puede poner en ejecución la Ley si el Parlamento no sienta una posición bicameral antes del 27 de marzo. El bonapartismo ha cuidado, en Francia, todos los detalles para neutralizar contingencias parlamentarias

Las masivas movilizaciones habían creado una verdadera crisis en la Asamblea Nacional. A la falta de mayoría propia del oficialismo, se sumaba una fractura en el grupo de asambleístas de los Republicanos. Su vicepresidenta reunió a otros 37 diputados -sobre un grupo de 62- para votar en contra de diversos artículos de la Ley. El salvavidas al gobierno fue arrojado por el propio NUPES, mediante la presentación -fundamentalmente por parte de los parlamentarios de La Francia Insumisa- de cerca de 7.000 enmiendas, lo que hizo impracticable el debate. Fue el truco que encontró para no rechazar la reforma y para facilitar su aprobación. El jueves 2 de marzo, por lo tanto, el Senado ha comenzado a debatir el proyecto original.

La huelga general

La intersindical, que agrupa a las ocho centrales obreras, fue concebida como la herramienta para bloquear una huelga general en Francia. La CGT encubre su traición con la posición adversa de las centrales amarillas y Fuerza Obrera. La burocracia ha empujado paros generales de 24 horas en varias oportunidades. La CGT ha insistido infructuosamente en la presentación de un proyecto propio de reforma previsional, que devuelve a 60 años la edad de retiro y exige la restitución de aportes patronales, para llevar a los trabajadores a la vía muerta del parlamentarismo.

Ahora, los trabajadores del sector energético -principalmente de las usinas nucleares- y del transporte, que han sido la vanguardia en esta lucha, han votado huelgas generales e indefinidas de cara al paro nacional del 7 de marzo. Las usinas nucleares ya se encuentran trabajando a un tercio de su capacidad desde este viernes. Los trabajadores del gas también hicieron lo propio. Las refinerías han aprobado la huelga desde el domingo 6 de marzo. Mientras tanto, los ferroviarios han votado unánimemente iniciar la huelga el mismo lunes 7 y definir mediante asamblea su renovación, contra la dirección de la CGT, ligada al PC y al NUPES. Por su parte, la conservadora Confederación Francesa Democrática del Trabajo (CFDT) se ha visto obligada a realizar una consulta a sus afiliados sobre la posibilidad de extender las huelgas de manera indefinida y el 80% de su base ha votado a favor de sostener la huelga hasta que se caiga el proyecto de reforma.

A estas acciones se han plegado decididamente los estudiantes secundarios y universitarios, que han realizado piquetes en apoyo a las huelgas docentes. En el sector público, la adhesión a la acción del 7 de marzo va en ascenso y promete paralizar casi la totalidad de la administración pública.

La persistencia del gobierno en la aprobación del proyecto se encuentra atada a la necesidad de profundizar la guerra imperialista y su financiamiento. Por su alcance y magnitud, la crisis de la reforma previsional ha superado ampliamente a una movilización sindical y ha colocado en el escenario la crisis de régimen que enfrenta Francia.

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