Portugal: huelga docente marca el camino

Escribe Mauri Colón

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Los docentes portugueses han estado en las calles desde hace dos meses, luchando por salarios acordes a la inflación y por sus condiciones de trabajo. Las presentes huelgas son las más importantes de los últimos diez años, a medida que la inflación sigue su escalada y la carestía de vida se hace cada día más insoportable.

El pasado 11 de febrero, las calles de Lisboa se inundaron de docentes, estudiantes y no docentes. Según las crónicas periodísticas, la movilización reunió a 150.000 personas, marcando un imponente ascenso respecto a las dos movilizaciones anteriores, que ya se consideraban las más grandes desde la Revolución de los Claveles en 1974. La adhesión a los paros, dependiendo la región del país, alcanzó porcentajes del 80 al 98 %.

El gobierno de Antonio Costa, del Partido Socialista, como respuesta a la lucha, impuso el cumplimiento del “servicio mínimo” de, al menos, tres horas de clases. Una norma similar a la que usó Macron contra los trabajadores de las refinerías y a la que debate el Parlamento inglés. Por su parte, la burocracia sindical no saca los pies del plato. La Federación Nacional de Maestros, uno de los gremios mayoritarios, calificó el requisito de servicio mínimo como “ilegal” y se comprometió a impugnar la medida en la Justicia, pero pidió a sus miembros que, mientras tanto, obedezcan la orden del gobierno.

Los nueve sindicatos de la educación de Portugal están convocando huelgas en diferentes días y en diferentes distritos, con el fin de dividir. Por ejemplo, el conglomerado de sindicatos liderados por Fenprof convocaron a la huelga para el 2 y 3 de marzo, un día en el norte del país y otro en el sur. Por su lado, el sindicato STOP ha continuado la huelga indefinida, pero se niega a ampliar la lucha. Ambos polos sindicales de los docentes lusos se niegan a una acción unificada con otros sectores de trabajadores.

A pesar de esto, el movimiento huelguístico sigue creciendo. La semana pasada, los trabajadores de la empresa ferroviaria estatal Comboios de Portugal (CP) iniciaron una huelga de tres días. Durante la misma semana, los trabajadores de la empresa pública de infraestructuras ferroviarias también se declararon en huelga durante tres días por motivos de pago. La huelga canceló la gran mayoría de los servicios ferroviarios. Esta semana, la Federación Nacional de Médicos de Portugal (FNAM) llamó a sus miembros a la huelga después de lo que calificó como un “paso atrás inaceptable en las negociaciones con el gobierno” (WSWS, 7/4)

Portugal se suma al creciente movimiento de huelgas de masas, reacción elemental de los trabajadores europeos a la creciente inflación y carestía de vida provocada por la guerra de la OTAN y Putin en Ucrania.

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