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El Partido Obrero, que hoy se manifiesta en la Tendencia, se ha ganado, en el ámbito de la lucha política-teórica, el mote de “catastrofista” porque defiende la caracterización que sigue: el modo de producción capitalista, en su época de agonía histórica, tiende al colapso y abre una época de guerras y revoluciones. Esta tendencia está regida por leyes sociales objetivas ajenas a la voluntad de los sujetos y/o clases sociales que despliegan sus luchas enmarcadas en la ley general de acumulación capitalista.
Es sobre esta caracterización de conjunto que nuestra Tendencia viene elaborando en forma sistemática la crisis mundial en curso en sus diferentes fases: crisis financiera, crisis comercial e industrial (ver politicaobrera.com 9/3, 14/3 y 26/3). En esta perspectiva analítica es claro que el Covid-19 no originó ninguna crisis mundial, sino que aceleró su desarrollo y potenció sus fuerzas dislocadoras en el conjunto del organismo social capitalista. No obstante, más allá de haber catalizado el desarrollo de la crisis presente, nos preguntamos ¿Qué relación existe entre el Covid-19 y el régimen capitalista?
Desde el comienzo de la evolución de la especie humana el hombre lucha incansablemente por conocer y dominar las fuerzas de la naturaleza en la cual actúa. En este proceso de interacción el hombre transforma la naturaleza y a si mismo, que es parte del ciclo natural del nacimiento y la muerte.
La primera relación de producción con que nos encontramos en la historia es el “intercambio de materias con la naturaleza”, donde el hombre lucha por asimilarla a la perenne necesidad humana de producir sus medios de subsistencia sin la cual no existirían el hombre y la historia. Esta era una lucha desigual en los inicios de la humanidad porque enfrentábamos “un poder natural” que no conocíamos. Podríamos afirmar que en la fase prehistórica la naturaleza dominaba al hombre. En cambio, en el modo de producción capitalista el hombre comienza a dominar cada vez más al “poder natural” apoyándose en el desarrollo de la ciencia moderna creada e impulsada por el capitalismo desde sus primeras etapas. La ciencia es la forma más elevada de esa interacción, que por medio del trabajo es histórica.
La particularidad del modo de producción capitalista, en este aspecto, es que los sujetos que representan al capital no tienen otro objetivo que la acumulación en escala ampliada y subordinan, por tanto, el desarrollo de la ciencia a la acumulación de capital. La ciencia, determinada por la interacción histórica del hombre con su medio propio, queda subordinada, socialmente, al capital.
En este punto estamos en condiciones de volver a preguntarnos por la relación entre el Covid-19 y la crisis capitalista. Un hecho social
El Covid-19 como tal es un fenómeno biológico y por tanto pertenece al cambio incesante de la naturaleza, sea por factores que se encuentran dentro y fuera del plantea, y de la acción histórica del hombre. Es decir que el Covid-19 es un hecho social y por tanto está regido, hasta cierto punto por las leyes sociales que rigen el nacimiento y muerte del capitalismo.
¿Por qué esta contradicción? Porque el hombre es y no es parte de la naturaleza en la cual produce y se reproduce, bajo la forma de distintas modalidades históricas. Cada régimen social deja su impronta sobre el medio ambiente – bajo el Incaico se produjo una fenomenal erosión del suelo. La relación entre la difusión del Covid-19 y la actividad humana aún debe ser determinada; la aparición reiterada de estos flagelos en China plantea un vínculo posible con la restauración capitalista, que destruyó el anterior régimen de comunas y el método de intercambio entre el campo y la ciudad. En todo caso, la irrupción de un virus surgido puede ser caracterizarlo como un hecho natural y al mismo tiempo como un hecho social.
En este punto una entrevista a Silvia Ribeiro, reconocida investigadora, es muy instructiva. Ribeiro plantea que la causa última del Covid-19 es el régimen de producción capitalista. Es decir, la forma social concreta bajo la cual el hombre moderno pone en funcionamiento el perenne proceso de trabajo. Al respecto afirma que “Nosotros -del grupo ETC y de GRAIN-, ya habíamos visto con el surgimiento de la gripe aviar en Asia, y de la gripe porcina (que luego le pusieron A H1N1 para que sea un nombre más aséptico), también del SARS, que está relacionado a la gripe aviar, que son virus que surgen en una situación en dónde hay una especie de fábrica de replicación y mutación de virus que es la cría industrial de animales. Es porque hay muchos animales que están juntos, hacinados. Esto se repite tanto en los pollos como en los cerdos, que no se pueden mover, y por lo tanto tienden a crear muchas enfermedades. Hay cepas diferentes de virus, de bacterias, que se trasladan entre muchos individuos en un espacio reducido. Los animales son sometidos a aplicaciones regulares de pesticidas, para eliminar otra serie de cosas que hay dentro del propio criadero” (P/12, 03/04/20, subrayado nuestro). Más allá de este aporte, el virus forma parte de un metabolismo natural: lo engendraría la actividad humana (capitalista) sobre su medio natural, y es replicada por este medio natural sobre esa actividad y la organización social concreta del momento.
Retomando la pregunta planteada más arriba se imponen varias reflexiones. La primera de ellas es que la ciencia está, en la etapa de descomposición histórica del capital, totalmente sometida a la lógica del lucro capitalista y por tanto muchos de sus desarrollos atentan contra la naturaleza sin la cual el hombre es incapaz de producir y reproducir su vida social. Marx defendiendo a la naturaleza como fuente de valor afirmaba que “el trabajo no es, pues, la fuente única y exclusiva de riqueza de los valores de uso que produce (…) El trabajo es, como ha dicho William Petty, el padre de la riqueza, y la tierra la madre” (El Capital, tomo I, subrayado nuestro). La segunda reflexión es acerca de la contradicción en la relación entre Covid-19 y crisis capitalista en el sentido de que el Covid-19 guarda relación el sistema de producción capitalista de un modo que aún debe ser investigado. Entonces, el Covid-19 no es un hecho “exógeno” al sistema capitalista como tampoco lo fue el maremoto que recientemente destruyó parte de Japón.
En conclusión, el Covid-19 es engendrado en las condiciones de la producción capitalista – una relación que todavía debe ser determinada en forma concreta. El Covid-19 potenció una crisis mundial en curso, no la creó pero la modificó en forma radical al producir una crisis en la disponibilidad inmediata de la fuerza de trabajo (“aislamiento social preventivo obligatorio). La crisis sanitaria mundial desatada incide de tal manera en la crisis capitalista que le aporta una característica novedosa: una crisis de la fuerza de trabajo que al no circular libremente semi-paraliza la producción y circulación de las mercancías y capitales, a la cual el capital responde con despidos masivos para evitar pagar el costo de una cuarentena, es decir, forzada.
Naturaleza, marxismo y pandemias Por Emiliano Monge, 26/03/2020.