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Luego de promover un golpe el año pasado, Trump condicionó la ayuda de emergencia y el levantamiento del bloqueo a Venezuela a un “cambio de régimen. Esa “ayuda” (USAID) viene aparejada de destrabar un préstamo del FMI por 5.000 millones de dólares. El plan de “transición democrática” puede ser modificado “un millón de veces”, según Elliot Abrams, adelantando que la “transición democrática” es un engañapichanga.
La Organización Vanguardia Ciudadana, un lobby gusano, lanzó una campaña virtual para movilizar tropas hacia Venezuela. Esta semana The Economist y Financial Times titularon que la situación en Venezuela es “catastrófica”. Trump y Bolsonaro están alistados para una intervención militar.
Palo y zanahoria
La estrategia norteamericana fue definida como “palo y zanahoria”. La declaración de cambio de régimen vino después que el FMI (EEUU ocupa lugar privilegiado en su directorio) le negara el préstamo por 5 mil millones de dólares para comprar alimentos y medicinas, a pesar de tener el aval de la UE. Para evitar cualquier ayuda, el Departamento de Justicia declaró a Maduro “narcotraficante” y pidió 50 años de cárcel. Trump reclama una ‘transición’ presidida por la Asamblea Nacional y un Consejo de Estado de cuatro miembros (dos del oficialismo, dos de la oposición), y un presidente designado por el Consejo, en función de nuevas elecciones parlamentarias y presidenciales. El Consejo incluiría al presidente del Tribunal Supremo, Maikel Moreno, al jefe del Ejército, Vladimir Padrino López, o el presidente de la Asamblea Nacional, Juan Guaidó, según indicó Abrams (infobae, 11/4). Los dos primeros, acusados por el Departamento de Justicia, serían inocentados como miembros del consejo golpista.
EEUU contempla una amnistía para las fuerzas armadas y el alto mando en su cargo. Las condiciones incluyen “la salida de las fuerzas de seguridad extranjeras (Cuba, Rusia, que solamente tienen asesores) y elecciones consideradas libres y justas por los observadores internacionales”, como precisó Pompeo.
El NYT dice que el gobierno norteamericano aplicó una estrategia de “máxima presión”, pero advierte acerca del carácter contradictorio del plan, “en conjunto, revelan confusión” (8/4). El presidente del Comité de Asuntos Exteriores de la Cámara de Representantes, Eliot Engel, calificó de “política totalmente incoherente”. Fingen ignorar que ese plan es una carnada para que piqué el alto mando, y darle forma a partir de esto.
Piratas del Caribe
Trump impulsó nuevas provocaciones en la costa venezolana, que “recuerda la movilización militar antes de la invasión de Panamá en 1989” que derrocó a Noriega, aunque aclaran que esto es mucho más “ruido” (NYT, 8/4). Los cruceros de combate para “enfrentar al narcotráfico” (y buscar una provocación para forzar un enfrentamiento) hacen cumplir el bloqueo en las costas venezolanas. La movilización, sin embargo, implica un riesgo para las propias tropas (el capitán del USS Theodore Roosevelt fue despedido después de que el virus se extendió rápidamente entre ellas).
Bloqueo criminal, desgaste y crisis social
El bloqueo le había impedido a Venezuela importar insumos médicos, generadores y repuestos de la industria energética, lo que propagó apagones en todo el país. El petróleo representa el 90% de los ingresos nacionales. La deuda que supera los 150.000 millones de dólares también es con Rusia y China, acreedores de empresas venezolanas. Los venezolanos aducen que las sanciones, al menos 130 mil millones de dólares entre 2015 y 2018, provocaron más de 100.000 muertos. Estas sanciones fueron pagadas por el pueblo, no por la boli-burguesía que depende del régimen chavista para enriquecerse. Xi Jinping se acerca a Maduro para brindarle “solidaridad” (320.000 tests), algo que “desagrada” a Trump.
La crisis social en Venezuela es muy grave: 7 millones reciben ayuda alimentaria, 1 de cada 4 venezolanos. “Un tercio de la población se encuentra en estado de desnutrición, dejando sus sistemas inmunológicos debilitados. 40% de los hogares sufren interrupciones diarias en el suministro de agua y la electricidad. Incluso en la capital, Caracas, muchos de los hospitales carecen de agua potable, lavamanos y jabón. Asimismo, las unidades de cuidados intensivos y respiradores funcionales son supremamente insuficientes. Las remesas que alcanzaban cuatro mil millones de dólares al año ahora han casi desaparecido” (usip, 8/4).
Tiro por la culata
Trump, que lanza el covid19 contra la clase obrera en EEUU y la “primera línea”, quiere hacer lo mismo contra Venezuela para impulsar su guerra comercial, pero el tiro le está saliendo por la culata, mostrando un impasse en la burguesía norteamericana que pone en duda su continuidad y reelección. El secretario de Estado Mike Pompeo dijo en un comunicado: “La urgencia de esto se ha vuelto aún más grave a la luz del fracaso del régimen de Maduro para prepararse y abordar adecuadamente la pandemia global de COVID-19” (CNN, 7/4). La estrategia del imperialismo de utilizar la pandemia para imponerse en la guerra comercial (incluso “robando” respiradores y tests fabricados en China) está haciendo agua en todo el mundo. La burguesía piensa que, de seguir el curso, la hegemonía norteamericana se perdería como Gran Bretaña la perdió definitivamente a la salida de la Segunda Guerra Mundial.
La clase obrera venezolana puede salir de la crisis, mediante los métodos que le son propios, sólo asegurados por la creación de un gobierno de trabajadores. Las reivindicaciones de la clase obrera deben partir de un rechazo al bloqueo.