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Estimado compañero Marcelo, estimados compañeros de la Tendencia:
Con alguna sorpresa hemos recibido su petición para una formular una declaración conjunta y un plan de acción en común. Porque, es extraño proponer un plan de acción cuando no existe ninguna base organizativa para materializar este plan en forma conjunta. La CRCI ha no ha funcionado los últimos 9 meses aproximadamente, si es que no está destruida para siempre gracias a una división que fue bien ocultada a los otros partidos hasta que se materializó. ¿Entonces cuál es la base de una acción conjunta, dada la diferente naturaleza de los destinatarios a los cuales fue enviada la petición? Por otra parte, no pensamos que esta sea la forma de proceder en este momento profundamente significativo en la historia. Esta es probablemente, hablando en forma objetiva, la crisis más profunda que la humanidad haya enfrentado en los tiempos modernos, al menos en dos siglos y medio. Esta no es, como todos nosotros bien sabemos, simplemente una pandemia que necesita ser solucionada por la medicina, si bien obviamente también esto es importante. Es una confluencia de esta enfermedad con una crisis económica insondable, un paroxismo de los mayores síntomas de la tercera Gran Depresión, una que probablemente resultará ser diferente a cualquier crisis económica en la historia del modo capitalista de producción. No solamente eso: la confluencia está también siendo acompañada por un desenmascaramiento de la naturaleza de clase del capitalismo, con el proletariado en su mayoría siendo enviado a la línea de fuego del virus mientras que la burguesía y la pequeña burguesía acomodada son llamadas a aislarse. Quizás nunca en la historia, al menos no desde el inicio del siglo XX, el capitalismo ha revelado su naturaleza de clase de manera más completa y mostrado que es mucho más semejante a la sociedad esclavista o el feudalismo en su insensible tratamiento de la clase obrera, forzándolos no solo a la explotación sino también a la muerte. La crisis se ha convertido, claramente, en una cuestión de vida o muerte para el proletariado internacional.
Cuando todo es tan claro y cuando se trata de la propia vida, es difícil no esperar que el proletariado se alce en rebelión y revolución cuando se reúnan las condiciones concretas, posiblemente en una forma sincronizada internacionalmente o al menos continentalmente. Si esto se concretara, las clases dominantes con certeza se moverán en forma “proactiva” a fin de establecer un orden estrictamente reaccionario en el cual toda acción colectiva se vuelva difícil. El resultado seguramente dependerá de qué clase tome la iniciativa correcta en el lugar y tiempo correctos. Y eso, a su vez, como sabemos todos los marxistas revolucionarios, dependerá, en un último análisis del liderazgo de los dos lados.
En un momento como este cuando el destino de la humanidad y posiblemente de todas las especies vivientes está en riesgo, debemos elevarnos a la altura de la situación. ¡Solo mediante una acción valiente y auto-sacrificada podemos tomar un paso hacia refundar no la Cuarta Internacional, no todavía, sino la Coordinadora para la Refundación de la Cuarta Internacional!
Cualquier llamado a la acción presupone una estructura organizativa, una Internacional, una Coordinadora, un frente de algún tipo, al menos una estructura mínima. Este requerimiento ha sido excluido por el comportamiento de los dos lados dentro del Partido Obrero. Es a ellos a los que les cabe ahora el auto-sacrificio y la acción valiente. A menos que esto se realice, nada surgirá de un pedido de declaración, ni en lo que respecta a planes de acción propuestos si continúan siendo letra muerta por falta de un marco organizativo.
No es el texto que nos han enviado, compañeros, lo que estamos cuestionando. Es muy pronto para una discusión de este u otro texto. Primero deseamos ver el deseo, un deseo candente, la valentía, el espíritu de auto-sacrificio y la voluntad de avanzar nuevamente para establecer un liderazgo revolucionario internacional para el proletariado mundial en este el más terrible momento de todos. A falta de ello, no firmaremos textos que están condenados a permanecer como letra muerta. Por nuestra parte, intentamos apelar a todos los que, juntos puedan marchar hacia una organización que no se encierre en sí misma, sino que abrace verdaderamente las tareas candentes de lo que objetivamente es la más grande crisis que enfrenta la humanidad en la edad moderna.
Comisión Internacional del DIP
29 de marzo de 2020