Gaza: el ejército sionista asesina a corresponsales de Al Jazeera

Escribe Olga Cristóbal

Gaza: el ejército sionista asesina a corresponsales de Al Jazeera

Tiempo de lectura: 4 minutos

Un ataque selectivo del ejército de Israel ha acabado con la vida de todo el personal de Al Jazeera en la ciudad de Gaza: mataron a cinco periodistas y a un niño que estaba con ellos en una tienda de campaña.

El ataque, perpetrado a última hora del domingo a las puertas del hospital Al-Shifa causó la muerte de los corresponsales de Al Jazeera Mohammed Qreiqeh y Anas al-Sharif, y de los operadores de cámara Ibrahim Zaher, Mohammed Noufal y Moamen Aliwa. El reportero independiente Mohammed al-Khaldi también figura entre los fallecidos.

Poco antes de ser asesinado, Al-Sharif, un conocido corresponsal árabe de Al Jazeera de 28 años, que había informado ampliamente desde el norte de Gaza, escribió en X que Israel había lanzado un bombardeo intenso y concentrado, también conocido como «cinturones de fuego», sobre las zonas este y sur de la ciudad.

Al Sharif, con fecha 6 de abril, había dejado un mensaje que debía publicarse si lo mataban. Ahí dice «viví el dolor y la pérdida en todos sus detalles» pero que «a pesar de ello, nunca dudé en transmitir la verdad tal y como es, sin distorsiones ni tergiversaciones, con la esperanza de que Dios fuera testigo de aquellos que permanecieron en silencio, de aquellos que aceptaron nuestro asesinato y de aquellos que sofocaron nuestro propio aliento».

«Ni siquiera los cuerpos mutilados de nuestros hijos y nuestras mujeres conmovieron sus corazones ni detuvieron la masacre a la que nuestro pueblo ha sido sometido durante más de año y medio». El último pensamiento es para su compañera, y su hija y su hijo, “a los que no podré ver crecer”.

El ataque se produjo en medio de las horribles consecuencias del asalto final del sionismo a Gaza, que ha potenciado la matanza implacable de la población y su muerte por hambre.

Horas después, el ejército sionista confirmó el asesinato deliberado de Al-Sharif y lo acusó de “dirigir una célula de Hamás” y de “promover ataques con cohetes contra civiles y tropas [israelíes]”. Muhammed Shehada, analista del Euro-Med Human Rights Monitor, subrayó que no había “ninguna prueba” contra Al-Sharif: “Toda su rutina diaria consistía en estar delante de una cámara desde la mañana hasta la noche”, declaró a Al Jazeera.

Ampliamente celebrado como «la voz de Gaza», el asesinato de Al-Sharif se produce tras meses de una feroz campaña en su contra y pone fin a su cobertura informativa antes de la inminente invasión israelí de la ciudad. Los sionistas han dado a los residentes de la ciudad de Gaza hasta el 7 de octubre para evacuarla, fecha en la que la ocuparán como parte del plan declarado de conquistar toda la Franja.

El mes pasado, después de que el portavoz del ejército israelí, Avichai Adraee, volvió a compartir un vídeo en las redes sociales en el que se acusaba a Al-Sharif de ser miembro del ala militar de Hamás, la relatora especial de las Naciones Unidas sobre la libertad de expresión, Irene Khan, dijo que estaba «profundamente alarmada por las repetidas amenazas y acusaciones del ejército israelí» contra al-Sharif. “Los temores por su seguridad están bien fundados, ya que cada vez hay más pruebas de que los periodistas en Gaza han sido blanco de ataques y asesinatos por parte del ejército israelí basándose en acusaciones sin fundamento de que eran terroristas de Hamás”, afirmó Khan.

Hoy, el comunicado de la Al Jazeera precisa: “La orden de asesinar a Anas Al Sharif -uno de los periodistas más valientes de Gaza- y a sus colegas, es un intento desesperado de silenciar las voces que denuncian la inminente toma y ocupación de Gaza”.

Asesinatos selectivos y sistemáticos

Desde que invadió Gaza, en octubre de 2023, Israel acusa a los periodistas palestinos de ser miembros de Hamás y sus asesinatos selectivos mataron a 232 reporteros y trabajadores de los medios de comunicación: un promedio de 13 al mes. Es el conflicto más mortífero para los trabajadores de los medios de comunicación jamás registrado, según un informe del proyecto Costs of War (Costos de la Guerra) del Instituto Watson para Asuntos Internacionales y Públicos que asegura que han muerto más periodistas en Gaza que en las dos guerras mundiales, la guerra de Vietnam, las guerras de Yugoslavia y la guerra de Estados Unidos en Afganistán juntas.

El afán por impedir que el mundo vea sus crímenes de guerra incluye la prohibición de que periodistas internacionales entren a Gaza, lo que fue acatado sin un murmullo de protesta por la parte de las empresas.

La importancia de las restricciones impuestas por Israel a los medios de comunicación quedó patente la semana pasada, cuando empleados de la BBC, The Independent y The New York Times sobrevolaron Gaza en misiones de ayuda humanitaria de Jordania. El Times publicó entonces imágenes impactantes de zonas urbanas reducidas a escombros.

«Cuando se abrió la puerta trasera de carga, se reveló un paisaje devastado», dijo el Times.

Bel Trew, del Independent, quedó horrorizada por lo que vio, según declaró a la BBC: «Sinceramente, fue escalofriante. La destrucción absoluta... parece el fondo de un pozo de fuego... y tiendas de campaña hasta el horizonte».

Jeremy Bowen, de la BBC, dijo que Israel había pedido a los jordanos que no permitieran filmar a los periodistas, una política que condenó:

«Los jordanos han transmitido un mensaje de los israelíes. Los israelíes no quieren que filmemos la devastación dentro de Gaza. Pero he pasado diez minutos mirándolo con mis propios ojos y puedo decirles que las comunidades del norte de Gaza que conocía bien, muy vibrantes, con decenas de miles de personas, que vivían una vida dura, pero con un espíritu humano extraordinario, están arrasadas. No queda nada de ellas (mondoweiss 11/8).

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