Recortes en la asistencia social: nuevo ataque contra los de abajo

Escribe Leandro Ferreyro

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El Gobierno de la Ciudad de Buenos Aires eliminó la "ayuda social" denominada Plus Escolar a 1.445 familias, cuyos beneficiarios, los alumnos, no cumplieron con una asistencia escolar bimestral del 85 %.

Esto es un nuevo atropello a la educación pública que se viene implementando durante toda la gestión de JXC en CABA, un brutal programa de ajuste del gasto público. Sin desarrollar ninguna campaña de revinculación de los alumnos, el jefe de gobierno porteño, Horacio Rodríguez Larreta, dijo sin ningún pudor que "No nos vamos a quedar de brazos cruzados" (Télam, 30/3). Estas palabras vacías de empatía son las que marcan una puesta en marcha hacía un mayor ajuste del gasto social para el GCBA en educación y salud pública. El triste marco de estos anuncios es la muerte de una bebé de tres meses, que vivía con su familia en situación de calle en pleno microcentro porteño frente a la Casa Rosada (Página 12, 1/4).

En un proceso absoluto de bancarrota del Estado en todas sus reparticiones, con una deuda pública insostenible que supera los 500.000 millones de dólares, y bajo la gestión político-económica del FMI, se viene impulsando una persecución descarnada a las familias más vulnerables del tejido social, sin distinción; este año se le quitó el subsidio bajo contraprestación laboral, el Potenciar Trabajo, a más de 150.000 personas que no pudieron renovar digitalmente su legajo en el Anses. La ministra de Desarrollo Social de la Nación, Victoria Tolosa Paz, ex directora de la “Mesa contra el Hambre” (sic), al igual que Larreta, anunció públicamente subirse a una pelea a como dé lugar contra los beneficiarios de planes sociales, a quienes denunció públicamente como extorsionadores frente a su genuino reclamo por la subsistencia de sus familias.

Los que vivimos de nuestro trabajo tenemos que sacar verdaderas conclusiones de esta política de ajuste a los de abajo que impulsa todo el régimen político, que llevó los índices de pobreza a un 40 % de la población y continúa licuando salarios e ingresos con un programa inflacionario autoinfligido, por lo que seguirá metiendo más trabajadores debajo de la línea de pobreza.

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