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El sábado 11 fue diagnosticado un empleado del Carrefour de Pilar, luego de presentar síntomas el día anterior. El compañero se desempeña en el sector de bazar del hipermercado, con contacto directo con los clientes y por supuesto con más de un espacio en común con sus compañeros. Sin embargo, el gerente general de la sucursal procuró abrir normalmente el local al día siguiente, limitando las acciones al aislamiento preventivo a un reducido grupo de empleados y a una rápida desinfección del lugar, rompiendo con todos los protocolos -insuficientes- que estableció el estado.
Protocolos patronales
El intento de imponer un protocolo alternativo que priorice las ganancias es un patrón que viene repitiéndose en la mayoría de los lugares “esenciales”. Los trabajadores sonexpuestos al contagio en lugares de atención al público con jornadas extendidas y con escasos elementos de protección, sin respetar las distancias en las líneas de producción y, sobre todo, escondiendo los casos de contagio del personal.
Esta tentativa de repetir el proceso en el Carrefour de Pilar fue frustrada por la denuncia en los medios locales por parte de los delegados, que a su vez se hicieron presentes en la puerta del lugar con una clara exigencia: QUEREMOS LA CUARENTENA PARA TODO EL PERSONAL. Los trabajadores son conscientes de que deben aferrarse a la defensa de la cuarentena, exigiendo el pago íntegro de los salarios, como principal herramienta para atravesar la pandemia.
La municipalidad decretó la clausura preventiva del lugar anunció trabajos de desinfección. Esto no garantiza, de todos modos, que se concrete el aislamiento preventivo para todos los trabajadores.
Los supermercados están siendo un nuevo foco de contagios por una exposición prolongada, falta de elementos de protección e incumplimiento de los protocolos. A esto se suma el descuento de los miserables $5.000 de bono que acordó el sindicato de comercio con las cuatro principales cadenas del país (Carrefour, Jumbo, Walmart y Coto) a quienes reciban algún tipo de licencia, relacionada o no a la cuarentena. Los trabajadores de Carrefour vienen desestimando este acuerdo y exigen un “bono justo” de $20.000 para todos. El conflicto se encuentra en conciliación obligatoria dictada por el ministerio de Trabajo tras una campaña, por fuera del sindicato, por no concurrir a trabajar el viernes 10 de abril.
Está claro que la salud y la vida de los trabajadores dependerá de la organización que permita arrancarle las condiciones necesarias a las patronales y al estado.
Defendemos la cuarentena para todos y exigimos un testeo íntegro al personal.
Por la elaboración y defensa de los protocolos obreros que contemplen la reducción de jornadas a 6 horas. El distanciamiento y adaptación de los lugares de trabajo con ese fin. Y las medidas particulares de cada lugar donde se focalicen los recursos en la prevención del contagio, en contra propuesta a los protocolos del gobierno y los patrones que focalizan en las acciones luego de la aparición del virus.
La profundización de la cuarentena debe estar en la agenda de la clase obrera, enfrentando la flexibilización o “administración” de la misma, que no es otra cosa que la vuelta de las fuerzas de producción -los trabajadores- a sus lugares pese los ascendentes índices de contagios y muertes.