Escribe Marcos Albornoz
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Durante la noche del lunes 10, de forma imprevista, arribaron al taller de Castelar grupos de policías, con la única intención de amedrentar a los compañeros que realizaban un quite de colaboración en reclamo por el convenio colectivo, servicio médico y sanciones masivas en el área de asistente operativo. Dicha medida había sido votada en una asamblea general, con participación de casi la totalidad de los sectores.
Este accionar represivo no es otra cosa que una escalada del cuarteto Rocha-Marinucci-Giuliano-Sasia, quienes maniobran para que los reclamos se extingan por medio de la persecución con suspensiones arbitrarias, maltratos, amenazas verbales y sobrecarga de tareas para con los activistas. Fomentan el ajuste y precariedad laboral. La dirección de UF sigue firmado paritarias a la baja como ocurrió con el último cierre, con una pérdida del 23% que intentan dibujar con la política de bonos.
Por otra parte, el arribo de carros de asalto de la PFA en Castelar tuvo lugar en la zona donde hace poco se produjeron dos descarrilamientos. Por esto, no existió paro ni reclamo ni movilización alguna de parte del sindicato.
Por último, la seccional Oeste desde hace un tiempo protagoniza pujas administrativas por el reclamo de las categorías, pero desde hace casi un mes los compañeros vienen desarrollando asambleas y votando medidas escalonadas en distintas áreas para conquistar las mismas, como también la mejora de las condiciones laborales generales. Ante la situación, es claro que los compañeros de base tienen una amplia predisposición de lucha.
Desde Política Obrera apoyamos la lucha por el justo reclamo y nos solidarizamos por este grave hecho contra la libertad de organización.