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La semana pasada, el gobierno de la camporista Mayra Mendoza anunció con bombos y platillos un aumento para los empleados municipales del 60 %, acumulativo en cuatro cuotas de 15, 10, 10 y 15 %... hasta septiembre.
Este aumento se aplica, además, sobre la base de un sueldo de indigencia. El sueldo básico de un trabajador municipal de planta permanente ronda los 55.000 pesos, lo que con algunos ítems llega a unos 65.000 brutos. Pero de bolsillo quedan apenas 50.000 y monedas. A esto le han agregado un ítem, la “garantía salarial”, para llegar a los 60.000. De todas maneras, siguen estando por debajo del Salario Mínimo, que es de 80.000 pesos mensuales. La condición de esta miseria salarial lleva a muchos municipales a tener uno o dos trabajos adicionales.
El año pasado se “invitó” a los municipales bajo contrato completamente precario (renovable mes a mes) y sin ninguna estabilidad, a pasar a planta permanente del Municipio... a condición de cobrar la mitad del sueldo que cobraban como contratados.
A esta situación, se le agregan los problemas de cobro. Las horas extra se pagan atrasadas o en cuotas. Mayra saluda “el esfuerzo de los colaboradores municipales, sin el cual el municipio no podría funcionar”. En efecto, los compañeros del MTE de Grabois y del Movimiento Evita de Pérsico se ven obligados a cumplir tareas de un municipal, obviamente en negro y sin condiciones laborales, lo que objetivamente es una presión laboral y salarial sobre los trabajadores del municipio.
El 60 % de aumento escalonado de los salarios municipales contrasta con la suba de los impuestos municipales, aprobada en diciembre, del 60 %... pero en una sola vez. Además, el Concejo Deliberante aprobó darle al Ejecutivo la potestad de subir las tasas un 25 % más, cuando lo considere necesario.
En la misma semana que cerraban los “aumentos” a los municipales, con el beneplácito de ATE y el sindicato municipal, salieron a luz una serie de exenciones impositivas y fiscales a las empresas que se radiquen en los nuevos parques industriales del distrito.
Hay sectores de los trabajadores municipales que han salido a denunciar este “aumento” que no es tal. En el último mes, Quilmes ha estado recorrido por piquetes varios: los motoqueros contra las zonas liberadas por la policía en las barriadas de Solano, Quilmes y Bernal oeste; la rebelión contra los cortes de luz, movilizaciones ambientalistas contra la destrucción de la ribera en Bernal; médicos y personal del Hospital Iriarte que van a asambleas y paros por las condiciones de trabajo y de derrumbe del hospital. Hay un estado de deliberación irrefutable.
Está planteada la lucha de conjunto entre las organizaciones sociales y los trabajadores municipales por el pase a planta permanente de todos los que desempeñen tareas de competencia municipal y por la recuperación del salario, para llevarlo inmediatamente al nivel de la canasta familiar por un cargo, y la actualización mensual del mismo.