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Los ´metrodelegados´ anunciaron esta mañana un paro de 24 en todas las líneas de la red de subterráneos para el próximo lunes si la empresa no devuelve los descuentos aplicados por las medidas de fuerza de las últimas semanas.
Los trabajadores del subte vienen protagonizando paros parciales y aperturas de molinetes rotativos en reclamo de un doble franco semanal para reducir la exposición al asbesto. En represalia, la patronal aplicó descuentos masivos, que alcanzaron del 25 al 75% de los salarios, a unos 300 trabajadores. Afirma, además, que los estudios sobre la calidad del aire arrojaron resultados “adecuados” y que sería “inviable” la operación de la red con una semana laboral de 30 horas en lugar de las 36 actuales. Los trabajadores, por su parte, denuncian al menos 80 afectados y tres fallecidos a causa del asbesto. En el caso del taller Rancagua, los obreros realizaron una prolongada retención de tareas, durante meses, en reclamo de la completa desabestización de su lugar de trabajo y por el recambio de la flota. El asbesto es una sustancia cancerígena utilizada como aislante. Fue prohibida en 2001, a pesar de lo cual el gobierno de la Ciudad y la concesionaria -antes Metrovías, actual Emova- incorporó a la red formaciones contaminadas con ese material importadas desde España, que habían sido descartadas como chatarra en su país de origen.
Detrás de la pelea por el doble franco se acumulan numerosos reclamos más. Los más sentidos de ellos tienen que ver con la declaración de insalubridad y con el salario, en marcado retroceso en los últimos años. Dos décadas atrás, los trabajadores del subte conquistaron la reducción de la jornada laboral a seis horas luego de un proceso de huelgas y movilizaciones, pero la empresa nunca reconoció el carácter insalubre del trabajo en el subterráneo. Los trabajadores del subte reclaman, además de la reducción de la semana laboral, la jubilación anticipada a los 55 años y el retiro con el 82% móvil del salario en actividad. Asimismo, el deterioro salarial presiona hacia el alargamiento de la jornada por medio de la realización de horas extras. La burocracia de la UTA detenta el monopolio de la discusión paritaria, ya que AGTSyP, a pesar de ser el sindicato más representivo, no es reconocido por el Ministerio de Trabajo y reviste todavía en la categoria de ´simplemente inscripto´.
De concretarse, el paro del subte sería un hecho significativo. La dupla Pianelli-Segovia ha sido reacia a declarar una huelga, en nombre de evitar confrontar con los usuarios. La dosificación de las medidas, sin embargo, tampoco ha arrojado mejores resultados. La cuestión salarial y sanitaria y el reconocimiento de AGTSyP como representante legítimo de los trabajadores del subte plantean la necesidad de una lucha de conjunto.