Colonia Santa Rosa: ofensiva obrera por el salario y la vida de los trabajadores

Escribe Violeta Gil

Tiempo de lectura: 3 minutos

La cuarentena y la seguridad de los trabajadores en Colonia Santa Rosa (Orán), está claro, depende de la acción organizada de los trabajadores, quienes dispusieron un minucioso control obrero en el municipio y sobre la ruta 14, con guardias, turnos y una acción solidaria entre los vecinos para obtener los elementos de limpieza y seguridad que el gobierno no garantiza.

Días atrás, el gobernador Gustavo Sáenz anunció que descontaría el 15% de los salarios de trabajadores estatales para crear un “fondo solidario”. La reacción obrera y el repudio en las redes sociales obligaron al gobernador a retroceder. En el caso de los obreros de Colonia Santa Rosa, no solo rechazaron por unanimidad los dichos del gobernador, sino que, además, vieron en esas expresiones la necesidad de tomar la ofensiva respecto a la situación de miseria social y destrucción del salario que enfrentan día a día. En el municipio, meses atrás, se había impuesto el despido de toda una camada de luchadores y activistas.

En una reunión de delegados, los trabajadores establecieron un pliego de reclamos que recupera viejos acuerdos que el intendente Mario Guerra adeuda desde 2019. En una acción desesperada para tratar de recuperar las riendas del municipio, Guerra convocó a los trabajadores a reuniones en la que le ofreció un protocolo de trabajo “voluntario”, en el marco del aislamiento, con la garantía de barbijos, guantes y materiales de limpieza. Los trabajadores rechazaron este planteo, en primer lugar, porque los guantes, los barbijos y los productos de limpieza los deben garantizar sí o sí, al igual que los salarios. Los trabajadores opusieron al planteo del intendente un protocolo que establece que actividades como recolección de residuos y el barrido de las calles, la atención del hogar de ancianos y del cementerio deben ser consideradas como servicios esenciales, por lo que aquellos compañeros que desarrollen esas tareas en los turnos y guardas dispuestos por los obreros, deben recibir un bono adicional de $10 mil pesos aparte de sus salarios. “Ningún compañero está obligado a trabajar, las guardias se cubren con aquellos que están dispuestos a hacerlo”, fue la consigna. En este cuadro, los obreros reclaman recuperar la cobertura de ART que en el municipio no tienen hace 6 años, en tanto que el covid-19 sea reconocido como una enfermedad de trabajo, al igual que lo reclaman miles de trabajadores de la salud en el país y el mundo.

En este protocolo, los trabajadores no resignan los ítems del salario que el intendente les adeuda del 2019: la escolaridad, la cláusula gatillo de diciembre de 2019 y el aumento salarial del 30% hasta julio del cual todavía no recibieron ningún aumento, exigen sean garantizado en un 15% en abril y un 15% en mayo con un adicional de $2 mil pesos de recomposición salarial que ya había sido acordado y tampoco fue pagado. Un programa obrero para enfrentar la pandemia en Colonia.

Frente a esto, Guerra se declaró un impotente, y declaró que no ha recibido ni u solo peso del gobierno provincial. Los trabajadores salteños están desenvolviendo acciones solidarias desde el primer día de la cuarentena que ponen de manifiesto la profunda reserva política y democrática de nuestra clase. Ejemplo de ello son los docentes de la ciudad de Orán, que producen mascarillas faciales con impresoras 3D y las entregan en los hospitales del departamento; los vecinos en Hipólito Yrigoyen (Orán) están donando delantales y camisolines para los enfermeros y médicos, mientras que los compañeros del Polo Obrero de Colonia Santa Rosa dispusieron comisiones de vecinos para acompañar las medidas de los municipales en la ruta, colectan recursos de limpieza y entregan casa por casa la mercadería para las familias mientras el merendero está cerrado por la cuarentena. Las autoridades del Hospital en Colonia, por su parte, recogen donaciones en comercios y casas en los barrios frente al vaciamiento sanitario y la falta completa de equipamiento por parte del ministerio de Salud y el ejecutivo provincial.

La pandemia que azota a escala mundial a las masas explotadas ha puesto a los trabajadores a deliberar. Esta enorme experiencia que están recorriendo los trabajadores, tomando en sus propias manos la defensa del salario, de la salud y de la vida de las familias trabajadoras, los coloca en un papel de liderazgo que comporta una lucha por el poder político. Tenemos que desenvolver un programa político propio que se oponga y supere los límites de la burguesía como una necesidad inmediata.

Impulsemos en cada lugar de trabajo, en los hospitales y centros de salud, en los barrios, comités de obreros y vecinos con un programa propio que sea el resultado de nuestra deliberación, impulsemos todas las iniciativas que aseguren la cuarentena, el reparto de los alimentos y el control obrero en las actividades políticas y sanitarias.

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