Escribe Corresponsal
Tiempo de lectura: 1 minuto
Desde que se decretó la cuarentena, los trabajadores de la fábrica de alimento para mascotas, Royal Canin, ubicada en Virrey del Pino, La Matanza, iniciaron un debate acerca de sus condiciones de trabajo y la necesidad de impulsar un protocolo de seguridad y de higiene que los proteja del contagio del coronavirus.
Luego de una serie de asambleas y reclamos, la empresa tuvo que elaborar un protocolo tomando la gran mayoría de los puntos que reclamaban los obreros: la cuarentena con el cobro del 100% del salario para los compañeros en “grupos de riesgo”, el traslado en remis (pago por la empresa), la toma de temperatura a cada compañero antes de ingresar a la fábrica, limitar el ingreso a los vestuarios, limitación kits de higiene para cada trabajador, entre otros. Cuando exista un caso sospechoso, la patronal se hará cargo de realizar el test para detectar si el trabajador es portador del COVID-19.
Como parte de estas reivindicaciones, los compañeros exigieron una remuneración especial por estar trabajando en el contexto de la pandemia. Recientemente, la patronal ha anunciado que otorgará un bono de $11.000 en bruto, que cobrarán todos los compañeros de la fábrica. Es un aliciente, en el contexto de una inflación creciente.
“Con organización y unidad celebramos estas conquistas. Esperemos se puedan repetir en otros gremios”, resumió uno de los compañeros de la planta.
La lucha de los molineros se inscribe en un proceso de deliberación más amplio de la clase obrera que, en tiempos de pandemia, no está dispuesta a resignar sus condiciones de vida.